¿Vivimos para complacer a los demás?

La historia de Ana, una consultante a quien ayudé durante bastante tiempo a llevar a cabo un importante cambio en su vida. (Ana es nombre ficticio, para cuidar su privacidad). Hoy: ¿Vivimos para complacer a los demás?

Ana siempre había sido una buena estudiante. Sus padres tenían grandes expectativas para ella, y ella se esforzó por cumplirlas. Estudió una carrera que sus padres querían, se casó con un hombre que sus padres aprobaban, y tuvo hijos.

Pero Ana no era feliz. Se sentía atrapada en una vida que no era la suya. No le gustaba su carrera, su matrimonio era aburrido, y no tenía tiempo para sus hijos.

Un día, Ana se dio cuenta de que estaba viviendo para complacer a los demás. Había sacrificado sus propias sueños y deseos para cumplir las expectativas de sus padres, su esposo y la sociedad.

Ana decidió que quería cambiar su vida. Empezó a tomar decisiones que eran buenas para ella, incluso si no eran buenas para los demás. Dejó su trabajo y empezó a estudiar lo que realmente le apasionaba. Se divorció de su esposo y empezó a salir con alguien que la hacía feliz.

El cambio no le resultó fácil. Sus padres se decepcionaron de ella, su ex marido la acusó de egoísta, y sus amigos no la entendían. Pero Ana estaba decidida a vivir su propia vida.

Con el tiempo, Ana encontró la felicidad. Estaba haciendo lo que le apasionaba, estaba con alguien que la amaba, y tenía tiempo para sus hijos. Había aprendido que es importante ser fiel a uno mismo, incluso si eso significa decepcionar a los demás.

¿Te preguntaste alguna vez si estás haciendo lo que quieres para tu vida? ¿O si, en realidad, estás viviendo para complacer a los demás?

Quizás quieras preguntarte:

¿Qué piensan mis papás de mi carrera?
¿Qué esperan mis amigos de mi relación, o del trabajo que tengo?
¿Qué me dicen mis compañeros de trabajo que debo hacer?

Impactos negativos de cumplirle las expectativas a los demás:

Cuando vivimos para complacer a los demás, podemos experimentar los siguientes impactos negativos:

Infelicidad: Cuando no estamos haciendo lo que queremos, es muy probable que no seamos felices.
Falta de autenticidad: Cuando no somos fieles a nosotros mismos, podemos sentirnos perdidos y sin sentido.
Relaciones tóxicas: Cuando vivimos para complacer a los demás, podemos atraer relaciones tóxicas que nos impiden ser nosotros mismos.

Tips para darte cuenta de estar viviendo para complacer a los demás:

Preguntate: ¿Estoy haciendo lo que quiero para mi vida? ¿O estoy haciendo lo que los demás esperan de mí?
Observa tus emociones: Si te sentís frustrada, infeliz o perdido, es posible que estés viviendo para complacer a los demás.
Preguntale a tus amigos, familiares o pareja si están de acuerdo con tus elecciones y decisiones. Estas respuestas te van a dar mucha información respecto de vos misma.

Tips para dejar de vivir para complacer a los demás:

Valores y pasiones: Tomate un tiempo para descubrir qué es importante para vos y qué te apasiona.
Decisiones conscientes: Cuando tengas que tomar una decisión, preguntate si es algo que realmente quieres hacer.
Lealtad a vos misma: No tengas miedo de ir contra la corriente y seguir tu propio camino.

Desafíos para esto:

Miedos varios: a perder relaciones, a creer que no sos “tan buena onda” como te creíste, a sentirte culpable por defraudar a quienes te ayudan o ayudaron, a sentir que “estas fallando a alguien”, como por ejemplo a tu familia porque “en casa las cosas son así” o “porque todo lo hicimos para que vos…”

Más sobre: ¿Vivimos para complacer a los demás?

Vivir para complacer a los demás puede estar ok, pero también puede ser muy perjudicial para nuestra felicidad y nuestro desarrollo personal.

Si crees que estás viviendo para complacer a los demás y querés comenzar a correrte de este lugar, te invito a que te tomes un tiempo para reflexionar sobre tu vida y tomar las medidas necesarias para cambiarla.

Si no sabés por dónde empezar o cómo hacerlo, te invito a contactarme para trabajar juntos en construir tu confianza personal para vivir mejor.

Alejandro Juroczko