Infancias digitales

¿A qué llamamos Infancias digitales?

Hace un tiempo fui a cenar a un restaurante con mi hijo de un año. En un momento, él se cansó de estar sentado y quiso bajar de la silla para caminar. Lo acompañé. Mientras caminábamos, empecé a observar las otras mesas. En la mayoría de ellas había familias con niños y niñas, de distintas edades pero con algo en común: todos miraban una pantalla.

Esa escena me sorprendió, me asustó y angustió. 

Crecí en una familia donde la televisión no formaba parte de los momentos de las comidas. Hoy intento transmitirle eso a mi hijo, no sin que me cueste por supuesto, pero apostando a que la mesa sea testigo de momentos de diálogo e intercambios. En la primera infancia, mirar a los ojos es clave ya que permite sincronizar las ondas cerebrales de mapadres e hijos. Y el momento de la comida es una gran oportunidad para eso! 

Me pregunto.. ¿A quien/es les molestan los bebés y niños en la mesa? ¿A la propia familia? ¿Al resto de las personas que están en el restaurante? ¿Por qué los necesitan sentados, quietos, callados? ¿Incomoda la infancia?

En nuestra sociedad, las pantallas y los dispositivos electrónicos forman parte de la vida cotidiana. Están ahí, al alcance de la mano. Eso es innegable. Casi sin esfuerzo, los niños se encuentran con celulares, tablets, computadoras. 

Entonces.. ¿Cuál es nuestro rol como adultos responsables de esos niños?

Como cuidadores primarios nos toca asumir el desafío de acompañarlos en sus primeros pasos dentro del mundo digital. Desafío que implica pensar a partir de qué momento habilitaremos el uso de las pantallas, por cuánto tiempo y con qué propuestas.

Para manejarse responsablemente con la tecnología los niños tienen que aprender ciertas habilidades que no las traen incorporadas cuando nacen, ni tampoco las adquieren por el solo hecho de cumplir años.  

La apuesta es trabajar para que sean autónomos y hagan un uso responsable de las nuevas tecnologías. ¿Cómo? Estando presentes, elaborando criterios para que puedan elegir cómo usar su tiempo y transmitiéndole estrategias para cuidarse en (y de) las redes, pudiendo confiar en nosotros en caso de necesitar ayuda.

Las familias suelen pivotear entre dos extremos: pensar que como “la tecnología vino para quedarse” y  “los niños son nativos digitales”, hay que habilitar el uso libre y con poco control sobre el uso de las pantallas; o evitar a toda costa las pantallas porque los atemoriza el mundo digital y los efectos posibles sobre sus hijos.

¿Qué tienen en común estos dos extremos?

Ninguno prepara al niño para manejar la tecnología de forma responsable y segura. La pregunta no debería ser si los dejamos usar facebook o mirar youtube por ejemplo, sino qué deberíamos transmitirles, y a qué edad para que usen los dispositivos de manera segura. 

¿Qué pasa en la infancia?

Hoy en día el niño nace y está prácticamente inmerso en la tecnología. Observa su uso en el entorno que lo rodea todos los días y a toda hora. Eso no lo convierte en un experto en lo que a la tecnología refiere. Incluso hasta los seis años, los niños no deberían estar solos con un dispositivo navegando en internet ya que para esta franja etaria, tiene muchos riesgos y los niños cuentan con muy pocos recursos para protegerse. El uso de la tecnología debe estar siempre regulado (en cantidad y en calidad) por un adulto responsable. 

Se debe tener en cuenta, además, que mientras el niño está frente a la pantalla no realiza otras actividades fundamentales para su desarrollo: jugar, pasear, socializar. 

Pero ¿y.. la pandemia?

En un contexto de normalidad, en esta etapa del desarrollo la tecnología no les ofrece a niños y niñas oportunidades que no se encuentren en el mundo real. Pero en la “cuarentena” las videollamadas por ejemplo fueron clave para vincularse con otros. Entonces, a estas edades, que la tecnología ofrezca nuevas oportunidades va a depender del contexto. Si el contexto permite que el niño tenga en la realidad lo que encuentra en la pantalla, es mejor que explore esas oportunidades en la realidad “concreta”.

¿Qué podemos hacer entonces con niños de 0 a 6 años? 

  • Saber que en líneas generales, el uso de pantallas a esta edad no les ofrece nuevas oportunidades ni ventajas adicionales, diferentes a las que pueden tener en el mundo real. En consecuencia, cuantas menos pantallas, mejor. 
  • Entender que si eligen ofrecer el uso de pantallas, es importante regularlo. Los niños no pueden hacerlo solos. 
  • Cómo regularlo? Estableciendo horarios y rutinas de uso, por ejemplo “después de hacer la tarea..”, “antes de cenar…”  Anticipar el tiempo que se le habilitará de uso, utilizando alarmas o relojes ya que decir por ejemplo “5 minutos” resultará muy abstracto.
  • Recordar que el acceso de los niños a la tecnología no debe manejarse con ambigüedad. Los adultos deberían estar de acuerdo y sostener las rutinas y el tiempo permitido de exposición a las pantallas. 
  • Saber que cuando finalice el tiempo de uso de la pantalla, es probable que se frustren y/o enojen. Mantengan la calma, y sostengan el límite, con amabilidad y firmeza.
    Lic. Virginia Ruiz

Psicopedagoga, especialista en Intervención y Estimulación Temprana

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