“Mientras más juega, mas aprende”

El juego es constitutivo de la niñez. Los niños mientras más juegan, más aprenden y no es una afirmación cuantitativa, sino más bien de carácter cualitativo.

En el ámbito educativo los juegos tienen intencionalidad pedagógica, pero no es un recurso didáctico más. No es una cuestión de formato, sino de encuentros. Un espacio vinculante y de producción intersubjetiva que, junto con el lenguaje, posibilita el ingreso al mundo del significante, ya que es a través del juego que se inicia la comunicación con el otro y se explora el entorno mientras se modifica el mundo interior.

La palabra juego, hace referencia a la acción, remontando a la necesaria idea de movimiento de un cuerpo en relación a un espacio y a un tiempo. Es por esto que posicionarnos como adultos significativos, implica diseñar propuestas que convoquen a la creatividad y exploración, ya que rescatando la importancia del juego, no solo enriquecemos el proceso de enseñanza-aprendizaje, sino que facilitamos el desarrollo integral de las infancias.

De este modo, el juego es placer y construcción de lazo con el otro. Es experiencia y autonomía. Resignificar el espacio lúdico como instancia de construcción singular de habilidades socioemocionales implica atender a las necesidades propias de cada sujeto, validando gustos y preferencias como así también brindando recursos para el propio descubrimiento, ya que aprender a elegir con que jugar, implica tomar algo y dejar algo, conseguir y desprenderse, como así también aprender a utilizar esos objetos mediante su exploración.

En cuanto al desarrollo psicomotor, el juego favorece la coordinación motriz, el equilibrio, la fuerza y manipulación de objetos. Ayuda al dominio de los sentidos y a la  discriminación sensorial. Asimismo, es fundamental en el desarrollo cognitivo ya que estimula la atención, la memoria, la imaginación y creatividad, a la vez que la discriminación de la fantasía y la realidad.

Los Juegos simbólicos colaboran en los procesos de comunicación y cooperación con los demás, mediante el conocimiento del mundo del adulto, y los juegos cooperativos favorecen la comunicación, la unión y la confianza en sí mismos. De esta manera el juego potencia el desarrollo social de los niños.

El desarrollo emocional del niño también es un aspecto que se ve beneficiado por el juego ya que desarrolla su subjetividad y se produce satisfacción emocional. También ayuda a controlar la ansiedad, facilitando la resolución de conflictos mediante el lenguaje.

Ahora bien, ¿Quién podría pensar entonces que el juego no es el mejor escenario para aprender? Disfrutar del propio cuerpo, de sus capacidades. Disfrutar del entorno y de la compañía del otro. Disfrutar jugando, es abrir camino a aprendizajes significativos.

Revalorizar la infancia depende de la libertad con la que nuestros niños juegan. Brindémosles espacios para que puedan expresarse y fortalecer la imagen que construyen de ellos mismos. Recordemos que de la manera que los miramos, ellos cimientan su mundo.

Prof. María Pía Tamborini Lallee

ME 339/09

@mariapiatamborinilallee

mariapiatamborinilallee@gmail.com

Fuente Imagen: El nuevo diario

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6 comentarios sobre «“Mientras más juega, mas aprende”»

  1. Excelente fundamentación de la importancia del juego en el proceso educativo.
    Aprender jugando es la mejor manera de aprender, ya que lo que se aprende con alegría, no se olvida. Además, encontrar la parte lúdica de toda actividad proporciona un plus para el adulto, porque ya que es a través de la curiosidad como se pueden lograr más y mejores resultados.

  2. Excelente redacción y forma de explicar lo que es el juego y lo importante que es para el crecimiento en la etapa de la niñez, desde el desarrollo emocional hasta la motricidad.

  3. ¡Excelente nota!
    Hay que recordar siempre que el juego es el principal “trabajo” de todo niño o niña; es un derecho de la infancia. Es una obligación que todo adulto debe hacer cumplir y respetar. Mirar como juega un niño es poder observar como se va desarrollando, de manera integral, en su mundo circundante.

    Mientras el niño juega, explora la realidad utilizando y probando estrategias para operar sobre la misma. Estimula las relaciones y así, los vinculos, desarrollando y fortaleciendo su medio social. Estimula, desarrolla y fortalece diferentes estilos de pensamientos, desplegando su autenticidad y espontaneidad. Le permite curiosear su creatividad y tener un registro de sus emociones y sentimientos a través de este proceso motor.
    Dejando una huella desde la musicoterapia, jugar cantando refuerza la memoria, la atención, estimula la coordinación corporal, amplia la conciencia fonológica y el desarrollo del lenguaje, entre otros.

    Aprender jugando es la mejor forma de crecer

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