Hoy: ¿Cómo evolucionó el apego en nuestra especie?
Sabías que la especie humana ha evolucionado en distintas fases o “momentos evolutivos”. Y lo que ha determinado tal evolución y diferenciación entre nosotros y otras especies es la organización y especialización de nuestro increíble sistema nervioso? Titulamos a esta nota: Cómo evolucionó el apego en nuestra especie
El primero y más primitivo de esos momentos por los que atravesamos como especie hace referencia a un cerebro primordialmente instintivo y de supervivencia.
De allí el nombre de cerebro reptiliano, para ese entonces era más que suficiente para cubrir nuestras necesidades básicas sin extinguirnos. Mas adelante nuestra especie dio un gran salto evolutivo al desarrollar lo que denominamos el cerebro limbico (llamado por algunos cerebro emocional exclusivo de los mamíferos), y es el que nos hace individuos sensibles y sociales. Para finalmente desarrollar el cerebro pensante y racional donde se afinaron todas nuestras funciones ejecutivas, cognitivas, de planificación y de regulación emocional.
Estos momentos evolutivos nos han hecho atravesar como especie por un camino de perfeccionamiento que nos ha llevado a un nivel superior. El cual nos ubica actualmente como la especie más fuerte del planeta.
Lo interesante de todo esto, no radica en la evolución misma, sino en que a pesar de todos estos ajustes y refinamientos por los que pasó nuestra especie seguimos compartiendo con los demás mamíferos ciertas habilidades de supervivencia.
A diferencia de los reptiles (seres carentes de emociones que sobreviven apenas pueden valerse y desplazarse con sus propias patas, cosa que les toma unos pocos minutos). Los seres humanos y otros mamíferos requerimos para la supervivencia de un vínculo de apego seguro que sea transmitido a través del contacto físico y de las mucosas.
Y solo luego de la creación de este lazo especial podemos aprender a valernos por nosotros mismos como individuos. (De hecho nos mantenemos toda la vida intercambiando afecto a través de ellas). En nuestros contactos más primitivos como la succión de un pezon. Y posteriormente en el intercambio de besos y relaciones sexuales, todos actos que involucran el intercambio de fluidos y mucosas.
El vínculo! El contacto! Esa sensación de pertenecer a, y provenir de otro ser humano nos hace DEPENDIENTES pero a la vez es lo único que nos hace LIBRES!
En conclusión sólo del vínculo y de la dependencia absoluta puede surgir en nuestra especie la autonomía y la independencia. Porque requerimos de nuestros apegos para sobrevivir.
Justamente por esta razón se vuelven tan determinantes en nuestras relaciones futuras e incluso en nuestra relación con nosotros mismos la condición en la que hayamos recibido el afecto de nuestros cuidadores primarios. Y los hayamos establecido como vínculos seguros o no en nuestra infancia
Adriana Peña Espinoza
Especialista en inteligencia emocional infantil
Especialista en neurología de la conducta
Fuente imagen: ABC
Muy bueno! poco a poco se avanza cada vez un mas.
Gracias por leernos!
La función del ser humano inevitablemente es seguir creciendo cada vez mas!
Gracias!!
Con el apoyo de profesionales como Adriana se tiene asegurado la Evolucion!
Gracias!!!
Agradezco a la autora el esclarecimiento que causó en mi este artículo. Como madres, hacemos mucho esfuerzo en brindar herramientas a los hijos para que con prontitud sean más y más independientes. Pero nunca antes tuve la oportunidad de mirar esta situación, consciente de mis propios apegos emocionales. Gracias
Gracias por leernos!
Exelente información para detectar el síntoma y la enfermedad