Miedo a la vejez

Hoy la escuché a mi cuñada decirle a mi hija “la tía ya está grande, ya no está para estos trotes…” (no les quiero contar la edad que tiene para no amargarles la lectura). Esta frase me quedó resonando en la cabeza. Hoy: Miedo a la vejez

Les propongo un acertijo, en donde les describo a dos personas. Una, se va de viaje cada que puede a recorrer el país, pasa sus veranos en el club de la pileta, hace yoga todas las mañanas, camina 5km diarios y tiene una vida social altamente activa.

La otra persona trabaja en turnos de 24 hs. corridas. Por ello reniega el día antes de ir a trabajar, reniega el día del trabajo, y reniega al día siguiente de estar cansada de tanto trabajar. Su horario de trabajo le impide sostener una rutina constante. Por eso no hace deportes, no tiene hobbies, se ve muy poco con sus amistades (porque no coinciden en horarios), no viaja y raramente hace algo nuevo.

Les pregunto a ustedes, ¿Cuál de ambas personas creen ustedes que es más joven?.

La edad cronológica no debería definirnos ni condicionarnos, ya que las ganas de disfrutar de la vida nada tienen que ver con la fecha de nuestro nacimiento. Tiene que ver con la energía que tenemos, con la motivación, con los afectos que nos provocan compartir con ellos experiencias placenteras. Tiene que ver con las ganas de poner nuestro tiempo disponible en actividades que nos den placer y alegría, creando recuerdos memorables que nos llenen de amor de alguna manera.

La cultura que nos rodea, en especial la que motiva los impulsos consumistas. Está programada para mostrarnos que la juventud es la mejor manera de disfrutar la vida. Y ser joven es bueno, mejor y deseable. Y no es cierto: la juventud está llena de inexperiencia, de ansiedad, de una sensación de estar presionado por reglas que no dominamos del todo. De incertidumbre, de piedras con las que hay que tropezarse para aprender la lección. La madurez ya pasó por eso, ya cicatrizaron las heridas y nos sobrepusimos a ello, ¿Realmente queremos volver a ese momento de nuestras vidas?.

Miedo a la vejez

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Hoy la vida nos encuentra en un mejor momento: somos más sabios y tranquilos. Con otra capacidad de disfrutar mejor las cosas que nos hacen felices, con las personas que nos dan amor.

Madurar no es hacerse viejo, sino que has aprendido a seleccionar bien las situaciones y personas en las que vamos a invertir nuestra energía, mental y afectiva. y sobre todo, no estar tan angustiados por llegar a hacer todo a tiempo.

Si nuestros mejores recuerdos de la juventud son de alegría y diversión, los invito a pensar cuán lejos están de experimentar alegría y diversión con la edad que tenemos. ¿Es imposible?. Muchos dirán que ahora con una familia a cargo es una tarea difícil, pero no es impedimento para que la alegría y la diversión sea familiar, sea compartida con los que amamos, sea de una manera diferente, pero sea alegría y diversión igual.

Los límites y la motivación son propios: somos nuestro mejor promotor cuando algo nos entusiasma y somos nuestra peor ancla cuando no nos atrevemos a emprender. 

Madurar es tener una visión refinada de la vida: es aceptar que del universo de cosas que podemos elegir. Tomamos solo las que nos hacen bien y dejamos las otras, nos despojamos de presiones innecesarias y estamos hoy en el mejor momento posible, el de poder elegir el camino que queremos de verdad caminar.

¿Ǫué es lo que deseamos hacer?

¿Ǫué podemos hacer para que aquello que nos impide hacerlo se acomode y podamos lograrlo?

Lic. Milagros Ramirez

Orientadora Familiar

milagrosramirez1985@gmail.com

Fuente imagen: https://visitingangels.com.mx/

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