Menores y consumo problemático

Prevenir significa adelantarse para evitar un riesgo. Y respecto a la escalada de consumo en los menores de edad, si bien es preciso informarse acerca de las sustancias implicadas tanto legales como ilegales; lo fundamental es conocer los aspectos de la personalidad adolescente y el rol clave que juega la educación de cara a la prevención. Titulamos a esta nota: Menores y consumo problemático

En el fondo se trata de indagar las causas que llevan al consumo y conocer sus consecuencias, para finalmente determinar qué se “debe” y se “puede” hacer para prevenir.

Familias, padres, madres, educadores, equipos de apoyo, profesionales de la educación y la salud, deberán involucrarse en espacios de estudio, reflexión y elaboración de estrategias para el abordaje de la Prevención Primaria del Consumo en niños, niñas y adolescentes.

El objetivo: proveerse de conocimientos, destrezas,

herramientas e ideas necesarias, para transformarse en agentes de prevención primaria.

Si planteamos la prevención primaria del consumo, habrá que invitar a las familias a profundizar la realidad de que a los hijos se lo educa naturalmente desde que nacen, aun cuando no se planifique mucho a esas instancias, sin olvidar que cada hijo es único e irrepetible, que proviene de una familia también única.

La “aceptación social” del alcohol, la disponibilidad de las drogas, el poder adictivo de la sustancia, la presión del grupo.

Como también, la necesidad de ser aceptado, la búsqueda de sensaciones fuertes, en otras variables, se relacionan 

con la experimentación inicial o casual.

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Es importante y urgente instalar los conceptos de Familia Preventiva y Escuela Preventiva. Para que padres y docentes tengan la oportunidad de ahondar en la importancia del propio rol formador.

Menores y consumo problemático

Habrá familias con distintas realidades, pero necesitadas todas de nutrirse para poder afrontar la compleja educación integral de los hijos. Porque los estudios demuestran que las personalidades adictivas se relacionan con inmadurez, baja autoestima, poca tolerancia a la frustración, impúlsividad. Como también autocrítica deficiente, carencias afectivas, poca autonomía y ausencia de proyecto de vida.

Debemos articular la escuela con la familia. Porque la familia es la célula de la sociedad, la escuela la institución educativa social por excelencia que puede orientar la educación preventiva, y contamos con el marco de la Ley 26.586.

Porque en el medio están los niños y adolescentes, únicos e irrepetibles, merecedores de una vida sana y plena. Capital humano familiar y social por excelencia, que en el fondo y de alguna manera están pidiendo que alguien haga algo por ellos.

Viviana Mendez

Bioquímica MN 9900

Lic. En Ciencias para la Familia y Orientadora Familiar. 

Miembro de la Asociación Argentina de Orientadores Familiares

viviana.bmendez@gmail.com

educartienesentido@gmail.com

Fuente imagen: https://www.hacerfamilia.com/

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