La Infancia Maltratada

La infancia es el periodo más preciado de la vida. Es la instancia del desarrollo,  donde se plantan los cimientos para la construcción de la personalidad  y donde quedarán forjadas las bases de las conductas y las emociones de la adultez

Asimismo, cada niño nace en el seno de una familia. La misma puede definirse  como ”un grupo de personas que comparten un proyecto vital de existencia común que se pretende duradero y en el que crecen fuertes sentimientos de pertenencia a dicho grupo, donde existe un compromiso formal entre sus miembros y se establecen intensas relaciones de intimidad, reciprocidad y dependencia.”

Sea como sea que esté conformada la misma, moldeará al niño en base a vivencias y recuerdos que se irán ordenando como piezas de un rompecabezas. Transmitirán valores y conocimientos útiles para que el niño se inserte en la sociedad.

De esta manera, la familia debe tanto, asegurar la supervivencia de sus hijos (esto implica cuidados básicos, alimentación, higiene, vestimenta, etc) como también,  favorecer su sano crecimiento y la socialización en las conductas, aportando la estimulación necesaria para facilitar su desarrollo, brindar un clima amoroso y afectuoso en donde el niño pueda crecer sanamente.

Claro está  también, que este grupo de personas que interactúan entre sí, defienden distintos intereses y deseos que  pueden ser diferentes y hasta opuestos. Esto genera conflictos.

Los conflictos son normales y esperables en los vínculos;  son necesarios para el crecimiento de las relaciones

En los vínculos violentos, los conflictos tienden a resolverse por medio de la agresión, son relaciones en donde se aplica la fuerza (Física, psicológica etc.) como forma de ejercer el poder, que provocan un daño y que se dan de manera crónica, permanente y periódica.

La violencia como forma de relacionarse puede darse tanto por acción, omisión o negligencia.

Este maltrato puede darse en forma física (acción de fuerza sobre el cuerpo o sobre la salud), el maltrato psicológico o emocional (palabras y/o agresiones verbales que menoscaban la integridad emocional del niños) o abandono y negligencia que tiene relación con el no hacerse cargo o descuidar al niño y no dar la adecuada protección, seguridad y bienestar que el niño necesita.

El maltrato infantil según la Organización Mundial de la Salud se define como los abusos y la desatención de que son objeto los menores de 18 años, e incluye todos los tipos de maltrato físico o psicológico, abuso sexual, desatención, negligencia y explotación comercial o de otro tipo que causen o puedan causar un daño a la salud, desarrollo o dignidad del niño, o poner en peligro su supervivencia, en el contexto de una relación de responsabilidad, confianza o poder. 

En Argentina,  la Ley 24.417 de Protección contra la Violencia Familiar, hacen del maltrato Infantil una problemática social y de interés para toda la comunidad, ya que no es una problemática privada sino que son actos que van en contra de los Derechos de los Niñas, Niños y Adolescentes. Por lo que, tanto docentes como todo el personal educativo, así como también profesionales de la salud, debemos estar en alerta ya que tenemos la Obligación de realizar la denuncia pertinente en caso de que así fuese necesario

Como podemos darnos cuenta de que un niño sufre violencia en casa

Claramente, no es fácil darse cuenta o percibir estas situaciones intrafamiliares, pero algunos indicios pueden llevarnos a prestar mayor atención.

Se debe tener en cuenta que más allá de esta situación, los padres son los padres. Los niños tenderán a encubrir esta situación, basados en sentimientos de ambivalencia en relación al rechazo y al amor por estos progenitores (o familiares en cuestión), así también como por el miedo, que es el principal elementos de estas relaciones violentas.

Otros Indicadores a nivel conductual pueden ser, la ausencia reiterada a clases sin causas aparentes, el bajo rendimiento escolar, problemas para concentrarse, estados depresivos, conductas auto agresivas, la agresividad y violencia hacia sus compañeros (especialmente hacia los que son más chiquitos), la actitud de evitación o defensiva frente a los adultos, la búsqueda intensa de afecto de los adultos, y las actitudes y juegos sexualizados no acordes a su edad.

Es importante hablar y visibilizar  esta problemática, que siempre ha sido considerada del orden de lo “normal”, privada y que se ha perpetuado en el tiempo.  Esto logró hacer invisibles y naturalizar violencias, que hasta el momento tenían otra carga significante.

El cuidar y el velar por el bienestar de los niños, tanto por su cuerpo como por su mente,  evitar que no se vulneren sus derechos, es un compromiso que todos como sociedad debemos asumir.

 “Sobre cada niño se debería poner un cartel que diga: Tratar con cuidado, contiene sueños” (Mirko Badiale)

Eliana Patterer

eliana.patterer@gmail.com

Lic. en Psicología

Especialización en Maltrato en la Infancia 

@emesmujerymama

Fuente imagen: Copao

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