Su primera comidita

Cuando los padres nos acercamos al momento de la primera comida de nuestro bebé (y más aún si es el primero), se crea un mundo de expectativas, deseos, ilusiones, de intriga.

Muchas veces sucede que ese primer contacto con la comida no es el imaginado. Nuestro bebé cierra la boca, o apenas toca el alimento lo escupe, si le ofrecemos con la cuchara la tira, si le ofrecemos el alimento para que lo gestione solo, por ahí lo mira y ni lo toca, o lo toca y lo tira, o lo toca y lo aplasta contra la bandeja de la sillita y ni se acerca al momento de “finalmente” comer.

Ahora, ese momento tan esperado, ¿es esperado por quién? O mejor dicho ¿para quién?

Es lógico, natural y esperable que como padres nos emocione ese primer contacto de nuestro bebé con los alimentos y todo ese nuevo mundo por explorar. Y para no frustrarnos cuando las situaciones antedichas sucedan (y es muy probable que así sea al principio) es necesario prepararnos con anticipación e informarnos sobre lo que realmente significa e implica la etapa de ALIMENTACIÓN COMPLEMENTARIA (6 a 12 meses de vida).

Como su nombre lo indica, esta etapa de introducción de alimentos al lactante es un COMPLEMENTO al alimento principal del bebé, que es la leche materna o de fórmula. Ésta cubre alrededor del 95% del requerimiento del bebé, por lo tanto los alimentos no deben reemplazar las tomas de la misma. Teniendo esto en cuenta, no deberíamos pretender que coman siempre todo, porque seguramente al principio no lo necesiten,  esto irá modificándose a medida que vayan creciendo y aumentando sus requerimientos.

Debemos confiar en su capacidad de autorregulación. Los bebés son pura pulsión, van por lo que sienten: quieren algo, van por eso, no quieren o no necesitan eso que tienen en frente, y lo rechazan, es muy simple para ellos. A nosotros los adultos nos cuesta un poco más, tenemos más filtros en el medio, y por eso tendemos a insistir, ofrecerles más, hacerles el “avioncito” para incitarlos a que coman otro poco. Y así, lo que estamos haciendo, sin darnos cuenta ni quererlo, es obstruir su mecanismo de hambre-saciedad. Esta etapa será determinante para sus hábitos alimenticios futuros, debemos aprovechar para que sus primeros contactos con el alimento sean de aprendizaje, de explorar, jugar. Si, jugar, tocar, tirar, oler, escupir… todo esto antes de tragar y efectivamente empezar a comer. Primero deben aprender que eso que tienen en frente no es peligroso, que es seguro, y luego entender que es alimento y comerlo.

Nosotros como padres debemos encargarnos de ofrecer alimentos de calidad y acordes, como así también tratar de entender e interiorizar las implicancias de esta etapa tan única y acompañarlos y disfrutarla junto con ellos.

Lic. Josefina Danussi

Licenciada en Nutrición

@danutri.ok

josefinadanussi@gmail.com

Fuente Imagen: elpopular.pe

También te puede interesar

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *