¿Por qué nos cuestan tanto los cambios?

Hoy hablemos de: ¿Por qué nos cuestan tanto los cambios?

Los seres humanos estamos regidos por hábitos y rutinas. Por esa razón, los cambios nos generan resistencia e inseguridad, nos sentimos cómodos teniendo todo bajo control y las situaciones nuevas nos pueden generar incertidumbre. Titulamos a esta nota: ¿Por qué nos cuestan tanto los cambios?

Para algunas personas hacer un cambio en su alimentación es más difícil que para otras, muchas veces esto puede generar ansiedad o molestia.

El Incorporar nuevos hábitos, por ejemplo, comer diferente a lo que veníamos haciéndolo, requiere llevar a cabo un proceso de aprendizaje.

Aprender es un proceso a través del cual se adquiere una determinada información que se guarda en la memoria para utilizarla cuando se necesite.

Pero no todo aquello que vemos, escuchamos y hacemos queda guardado en la memoria de una sola vez. Por el contrario, es necesario que se repitan los estímulos para que estos se nos graben.

Por ello, reiterar ciertos procedimientos y acciones es fundamental.

Todo aprendizaje exige por un lado, tiempo y conexión entre neuronas (sinapsis), por otro lado también implica debilitar viejas formas de pensamientos y de conductas.

La incorporación de nuevos conocimientos y hábitos a través del aprendizaje exige de nuestro cerebro un importante esfuerzo y un gasto importante de energía, esto puede generarnos sensación de cansancio y fatiga.

Cuando iniciamos o llevamos cierto tiempo intentando un cambio es posible que la confusión se apodere de nosotros.

Sin embargo esto es algo normal y no debería preocuparnos, ya que significa que la nueva forma de conducirnos, los nuevos hábitos no han podido aún ser asimilados e integrados.

Otra de las razones de la confusión es que los viejos hábitos con los que veníamos manejándonos son para el cerebro garantía de supervivencia. Ya que los hemos usado y nos mantuvo vivos. Además, el evitar llevara a cabo un cambio implica ahorrar energía. 

En tanto, cuando llevamos a cabo algo nuevo que puede ser diferente o va en contra de alguna conducta anterior sentiremos desconcierto o lo veremos cómo peligroso aun cuando en realidad no lo sea.

El cerebro puede vivir toda información desconocida o novedosa como algo inquietante y quizá peligroso para la supervivencia (por ejemplo un alimento nuevo). Esa percepción de peligro puede dar cierta resistencia a los cambios.

  • Todo aprendizaje exige de tiempo. Está comprobado que es necesario llevar a cabo esa nueva práctica todos los días durante 4 a 8 semanas para que el nuevo hábito se instale. De esta manera dejará de resultar un esfuerzo, no significará un gasto de energía para el cerebro y dejaremos de percibirlo como “peligro”.

Por esa razón es importante que la información a la que accedamos referente al cambio que queramos realizar sea la adecuada. También nos irá mejor si hacemos las modificaciones paulatinamente, comenzando de a poco, para que estos pequeños cambios vayan integrándose a nuestras vidas. Y siempre con la convicción que estaremos haciendo lo mejor para nosotros.

Dra. Iris Juliano

MN 134698 MP 230582

Médica clínica

Naturista

Medicina del Estrés

Fuente imagen: https://empresas.blogthinkbig.com/

También te puede interesar

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Abrir chat
Dejanos tu mensaje