Violencia intrafamiliar y sus consecuencias en los vínculos

¿Qué es la violencia intrafamiliar?

La violencia implica siempre el uso de la fuerza, la intimidación o la amenaza para producir un daño o doblegar la voluntad de otro. Titulamos a esta nota: Violencia intrafamiliar y sus consecuencias en los vínculos

En todos los casos, estos comportamientos nos remiten al concepto de abuso de poder en las relaciones interpersonales. Se puede afirmar que la violencia se establece cuando hay una relación asimétrica de poder y esta se utiliza para infligir daño a otra persona.

Generalmente, la violencia intrafamiliar se vive dentro del ámbito privado, a puertas cerrdas. En consecuencia suele ser minimizada, invisibilizada y hasta negada por los propios miembros de la familia.

Estas conductas mantenidas a lo largo del tiempo provocan, además del daño físico, heridas psicológicas, y espirituales que son dfíciles de revertir. Los niños, víctimas de estos abusos, son los principales damnificados dentro del entorno familiar.

Un tema no menor es que generalmente se mencionan las consecuencias psicológicas que padecen las víctimas directas de la violencia intrafamiliar, especialmente si ellas son niños. Sin embargo, tan alarmante y destructivo es para la persona padecer la violencia, o bien, ser espectadora de ella interactuando dentro de las dinámicas de la violencia intrafamiliar

Se han realizado estudios empíricos que afirman que los niños víctimas de violencia indirecta sufren daños psicológicos. La exposición reiterada a presenciar el maltrato que se perpetra contra la madre, constituye una forma de daño psicológico que trae consecuencias a corto y largo plazo.

Con respecto a los menores que se atienden en consulta ya han sufrido violencia psicológica, porque en el momento en el que viven una situación de violencia (aunque sea de modo indirecto), ya están sufriendo dicha violencia.

Como adultos responsables de la crianza de nuestros hijos debemos mirar nuestro hogar y ser conscientes de lo que sucede en él. Ser capaces de reconocer la violencia, es el primer paso para poder detenerla y revertirla.

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El resultado de una encuesta personal que realicé arroja que el 94% de las personas somos conscientes de que los gritos, las discusiones y los malos tratos dentro del entorno familiar son sinónimo de violencia. La violencia intrafamiliar es una de las experiencias adversas infantiles que más trastornos causa en el niño ocasionándole secuelas que, mayormente, duran para toda la vida.

Frente a este grave problema familiar se puede recurrir al orientador familiar que es un profesional que acompaña en el proceso de regeneración y recuperación de los vínculos. Es fundamental tomar conciencia y consultar con el profesional para un acompañamiento adecuado y para que estas conductas puedan detenerse y revertirse.

Lic. Fabiana Russo