Según el refrán quien tiene una amigo tiene un tesoro.
Y es muy cierto, estos primeros vínculos que se establecen con otros pares son súper importantes para su personalidad, para establecer confianza y fortalecer la autoestima.
Mientras interactúan van desarrollando su lado emocional, se abren otros tipos de canales de comunicación diferente a los que establecen en la familia, aprenden otros códigos.
Desarrollan y fortalecen habilidades sociales, se enseñan unos a otros a ser buenos amigos y a entender la importancia de generar vínculos entre las personas.
A través de la amistad, los niños comienzan a desenvolverse en el mundo que les rodea y a entender mejor que, para una buena convivencia, es preciso conocer e incorporar normas sociales.
Pero no siempre es todo calma, también surgen los conflictos en la amistad. Están aprendiendo a compartir, aparecen los desacuerdos, a que no les guste las mismas cosas, y ahí estamos los adultos para mediar, para poner palabras antes los problemas que acontecen, para enseñarles cómo actuar ante las dificultades.
El establecer relaciones de amistad con otros niños es un factor de gran importancia. Con los amigos los niños podrán:
Jugar y divertirse con otros.
Asumir y aprender diferentes roles sociales.
Conocer distintas realidades, y aprender acerca de las diferencias y la tolerancia a las mismas.
Desarrollar y afianzar habilidades sociales, como la empatía, la asertividad y la negociación como puente para resolver conflictos.
Comprender que es posible enojarse con los amigos y también seguir queriéndolos y eligiéndolos para compartir
Adquirir nuevos valores como son: la cooperación con los demás, el respeto hacia otros niños y la aceptación de normas de convivencia.
El sentirse querido, apoyado y valorado por los amigos.
Entender que es posible confiar en otros que no sean los mapadres.
Para que los niños puedan hacer este recorrido, es muy importante que nosotros como adultos facilitemos los encuentros extra familiares, es decir, habilitemos otros espacios diferentes de intercambio.
La escuela es uno de los primeros lugares donde los niños pueden establecer lazos de amistad, pero existen otros, que también son necesarios para poder generar vínculos.
Los vecinitos del barrio, los compañeros de actividades deportivas, recreativas, artísticas. Los cumpleaños son momentos propicios para generar nuevos amigos. Los niños necesitan relacionarse con personas fuera de su circulo familiar, con pares, con quienes compartan intereses similares, con quienes puedan sentirse cómodos también.
Aquí como adultos tenemos una enorme responsabilidad, necesitamos involucrarnos, hacernos el tiempo, y acompañarlos a los cumpleaños, observar como se relacionan nuestros hijos con otros, mediar cuando lo creamos necesario. Es una buena oportunidad para que nosotros socialicemos y podamos conocer a los mapadres de los amiguitos de nuestros hijos.
Alentemos a nuestros hijos a ser buenos amigos también, a escuchar a otros y ayudarlos. Y por sobre todas las cosas, acompañémoslos en el proceso de elección de sus amistades. En este, los niños pequeños, necesitan mucha ayuda. Es importante estar disponibles, y escuchar y observar, como se relacionan con los amigos, para poder así detectar cualquier situación de maltrato hacia nuestros pequeños. Necesitamos que ellos pueden comprender que, en las relaciones sanas, no hay espacio para malos tratos. Un verdadero amigo siempre quiere, respeta y cuida del otro. Si esto no sucede, habrá que intervenir para que nadie salga lastimado.
Como terapeutas, consideramos fundamental para el desarrollo emocional de los niños, la construcción de vínculos de amistad. Creemos que es esencial habilitar espacios de intercambio con pares, transmitir el valor de la amistad como un factor clave en la constitución de la subjetividad.
Quien tiene un amigo, tiene un tesoro…y quien tiene un amigo, no se sentirá nunca solo.
Luciana Cofré
Lic. en Psicología
lucianacofre.lc@gmail.com
@lic.luciana.cofre
Viviana A. Pardo
Lic. en Psicopedagogía
vivianaandreap@yahoo.com.ar
@licviviana_pardo
