El observador, observado

La maestra de arte llevó a la clase de cuarto grado al Museo de Arte moderno. De a pares, los chicos tenían que analizar un cuadro de arte abstracto que les era asignado, y conversar sobre lo que cada uno veía. Este es el diálogo de dos amigos de clase:

Amigo 1: ¿Qué es esto para vos?

Amigo 2: ¡Ni idea!¿Vos que ves?

Ami.1:: Para mí, es un universo, lleno de planetas y de estrellas en movimiento.

Ami.2: ¿Qué? ¿Dónde ves eso? Para mí, es un montón de líneas y de colores, todos mezclados. Están buenos los colores.

Amigo 1: Bueno, la maestra dijo que estaba bien que cada uno interpretara el cuadro como quisiera, que eso es lo que hacía al arte interesante.

Amigo 2: Sí, es verdad. Supongo que cada uno ve lo que quiere ver.  Y eso está bueno. ¿Qué verá la maestra? Seguro que ve la pizarra de la escuela, cuando hacemos los dibujos, ¿no?

Observador, observación, lo observado. La disidencia de opinión frente al mismo hecho que tenemos delante de nuestros ojos. La riqueza que se abre al momento de abrazar la diferencia. La inteligencia de apreciarla.

En este enfoque, el observador es una figura clave. Ya que es a través de sus observaciones y juicios que se construyen las interpretaciones del mundo y las acciones que se toman en consecuencia.

El coaching ontológico nos invita a reflexionar sobre cómo somos como observadores y cómo nuestras observaciones nos afectan a nosotros y a los demás. Nos anima a ser conscientes de nuestros juicios y creencias, y a considerar que nuestra forma de observar no es la única ni la verdadera.

Y aquí viene quizás mi reflexión predilecta: el observador que somos se relaciona con la noción de responsabilidad. Si nuestras observaciones y juicios influyen en nuestras acciones, entonces somos responsables de ellas. Al ser conscientes de nuestro papel como observadores, podemos asumir una mayor responsabilidad sobre nuestras decisiones y sus consecuencias.

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Cuantas veces hemos desestimado la observación de un compañero de trabajo, por pensar distinto de nosotros con respecto a cómo iniciar un proyecto. Y cuantas otras nos hemos enojado con alguien por el simple hecho de opinar diferente. ¿Para qué desestimamos la diferencia, qué se nos pone en juego? ¿Qué nos pasa cuando sentimos que se nos arrebata nuestra verdad, esa idea que de alguna forma nos sostiene?

Hoy, te invito a:

·Cuestionar tu posición de observador y analizar cómo ella puede estar influyendo en la forma en la que interpretás los hechos.

·Desconfiar de tus reflexiones automáticas.

·Poner a prueba tus observaciones.

·Tomar conciencia plena de tu rol de observador, sabiendo que las acciones que tomes a partir de lo observado, tienen consecuencias.

·Observar tu manera de observar. Observáte a vos mismo. ¿Qué ves?

Que esta comprensión nos inspire a ser observadores poderosos, capaces de mirar con nuevos ojos. Seamos el observador que nos guíe hacia ese futuro de posibilidad.

Mercedes Lagos

Coach Ontológico

pippa.lagos@gmail.com

Fuente imagen: https://lamenteesmaravillosa.com/

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