Reflexionando sobre el bebé que no fué
¿Por qué hablar del bebé que no fué?. En varias ocasiones, por no decir en la mayoría me llegan mensajes a las redes preguntándome “¿cómo hago para adoptar un bebé”?
Antes realmente me preocupaba mucho e intentaba transformar ese pensamiento algo egoísta e idealista de lo que significa el adoptar. Pero hoy prefiero ignorarlos y directamente no responderlos.
Para algunos sonara extraño y quizás fuerte mí desición. Para mí en lo personal conociendo el trasfondo que esconde la niñez en Argentina, definiría como fuerte y cruel la espera interminable que los niños deben padecer por el solo hecho de crecer. Por tener la mala fortuna, no poder detener el tiempo y ser esos bebés que algunas familias desean para adaptar a sus tradiciones, su ritmo o modo de vida, su cultura.
Para pensarnos padres, primero debemos hacer el ejercicio de pensarnos niños.
Pero esos niños que esperan en el encierro y la soledad de las instituciones, esos niños repletos de miedos, de ilusiones tan simples que asustan y duelen. Como ser un beso por las noches o la caricia de un padre que todo lo cura. O que les celebren el cumpleaños, que lo lleven al colegio, o lo tomen de la mano y con orgullo lo llamen hijo.
Pero una vez más vuelven a cometer el mismo error, crecen y se convierten en niños no deseados, no ideales.
Entonces es allí cuando los adultos perdemos el rumbo, el tiempo y la vida, engrosando el amplio listado del registro de adoptantes. Esperando ese bebé.
Una vez alguien me dijo una frase que me quedo muy grabada para siempre “existen personas que quieren ser padres, pero de tanto esperar, están para ser abuelos”.
La adopción es una desición muy importante, significa acompañar y darse por completo a un niño hasta sentir que el pecho explota de emoción. Es una conexión única e inexplicable, es permitirnos disfrutar la felicidad plena y el amor en su versión más pura. Es sentir de plenitud de la vida.
Los niños que esperan por una familia son ángeles que vienen a rescatarnos. A salvarnos de nuestros propios egoísmos, a enseñarnos que la vida es más simple y más hermosa de lo que pensamos si la caminanos juntos creciendo a la par.
Ariel Vijarra
Acunar Familias
acunarfamilias@gmail.com
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