Tolerancia a la frustración en niños

¿Cuántas veces nuestros hijos responden emocionalmente de determinada manera cuando algo no les sale como ellos esperan? ¿Cómo actuamos frente a ello? Muchas veces, el deseo del niño o niña no logra ser satisfecho, y responden de manera que nos puede resultar desmesurada o desproporcionada con el hecho en sí. Aunque sabemos, que la forma de sentir y razonar sobre un hecho va formándose a lo largo del desarrollo, todo esto tiene que ver con lo que se llama Tolerancia a la frustración. ¿Qué es? Es la capacidad que tenemos como sujetos, para poder afrontar emociones desagradables que nos producen ciertas situaciones. Estas situaciones, pueden estar dadas en las que se presentan en la vida cotidiana.

La tolerancia a la frustración es la forma en que, a través de nuestros recursos psicológicos y emocionales, podemos hacer frente a situaciones que nos presentan emociones negativas, y que pueden producir un desequilibrio. Un objetivo o propósito que queríamos lograr no se consigue y nos provoca una situación de frustración. Al poseer la tolerancia a la misma, podemos analizar las situaciones, procesarlas y resolverlas emocionalmente de la mejor manera que nos resulte posible.

¿Y cómo se logra?... bueno, son herramientas que se adquieren a lo largo de la infancia (y el resto de nuestra vida…), en donde se asientan las bases de los recursos con los que vamos a contar de adultos. Las frustraciones en los niños, no son las mismas que las de los adultos, claro está. Pero se viven con la misma intensidad. Vamos con un ejemplo: Una frustración infantil, de un niño de 2 años, por ejemplo, puede ser, no poder comer la galletita que le gusta porque no quedan más en el paquete. Ahí, la escena puede continuar por un pataleo, llanto y movimientos corporales de descarga de tensión. ¿Y qué podemos hacer los adultos? Acompañarlo… acompañar esa frustración de no poder tener la galletita. Contener el momento de despliegue emocional, en donde va procesando y conformando las herramientas para resolverlo. Abrazar, explicar la situación, esperar y estar cerca para poder acompañar su emoción, que, por ahora, está aprendiendo a regular.

Y cuando hablamos de frustración y su tolerancia, hablamos de que el sujeto posee una capacidad de regular sus propias emociones. Regulación emocional. Es un proceso largo, y es necesario que los ma/padres o cuidadores estén acompañándolo y guiándolo. ¿Qué significa regulación emocional? Es la forma de poder resolver problemas, pudiendo controlar y regular las emociones que un suceso o evento nos provoca. Por ejemplo: en el caso del niño y su galletita, el mismo está en proceso de regularse emocionalmente, pero necesita de un adulto para poder hacerlo. Aun no posee todas las herramientas para poder hacerlo solo, o autorregularse. Está en proceso de aprendizaje. Por ello, patalea, llora, etc. La regulación emocional se aprende de afuera hacia adentro. Ya que, desde bebes, no pueden hacerlo ellos mismos, necesitan de los adultos (externos), para luego que sea de manera autónoma (interno). Con el tiempo, el niño va aprendiendo a regular sus emociones, contando con recursos cognitivos (memoria, atención, pensamiento, etc.) y de lenguaje más avanzados.

La autorregulación emocional nos permite manejarnos en nuestras actividades de la vida cotidiana, y además en los vínculos y relaciones sociales. ¿Cómo no será necesario autorregularse emocionalmente en donde más emociones se sienten, las relaciones humanas?

Y ya entendiendo que, para tolerar las frustraciones de la vida cotidiana, es necesario autorregulase emocionalmente, para poder resolver las adversidades de aquella emoción negativa, podemos expresar que poseer pequeñas frustraciones, pueden funcionar como aprendizaje, para mejorar las relaciones interpersonales y de la vida diaria. Con esto no significa que es necesario frustrarse constantemente, y que es la única manera de aprendizaje. Muy lejos está de ello… Pero, que poder superar las adversidades que la vida nos presenta diariamente (desde perder el colectivo llegando a la parada, hasta la muerte de un ser querido), son situaciones con las que debemos lidiar y aprender a resolverlas. Nos ofrecerá herramientas psíquicas y de resolución de problemas. Todo depende de nuestros recursos, nuestra historia personal y nuestro entorno. Como todo proceso psíquico… es muy subjetivo y hay tantas regulaciones emocionales como personas en el mundo, teniendo en cuenta al sujeto biopsicosocial (un estado biológico propio, dentro de una sociedad o cultura en particular, con sus recursos psicológicos)

La regulación emocional nos ofrece recursos para tolerar las frustraciones de manera adecuada. Poder hacerlo, nos permite plantear estrategias para afrontar esas emociones, reaccionando de manera equilibrada psíquicamente ante contextos estresantes.

Como adultos, nuestro principal rol, es sostener y acompañar al niño en su proceso de maduración psíquica y cognitiva para que pueda afrontar, en su crecimiento, las frustraciones cotidianas.

Lic. Sabrina Torre

Psicóloga

Equipo Interdisciplinario Du Son

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