Sanando adultos rotos

Hoy: Sanando adultos rotos

¿Cuánto de lo que nos duele hoy es efecto del pasado? ¿Cuándo cicatriza un trauma? ¿Cuándo se curan los dolores de la niñez? Titulamos a esta nota:Sanando adultos rotos.

Muchas veces estamos aferrados y aferradas a dolores, enojos o situaciones que nos hacen sufrir. Somos “adultas y adultos rotos” .

Una infancia difícil, un accidente, la muerte de un ser querido. La vida está llena de situaciones que son como anclas o pesadas mochilas que debemos cargar y limitan nuestro crecimiento y nuestros vínculos.

¿Cómo superar esos traumas?

Primero diferenciando pasado de presente. Hay una fuerza emocional que nos empuja a repetir situaciones dolorosas. Esta repetición siempre lleva un disfraz, una distorsión. Creemos que estamos viviendo una situación nueva pero los sentimientos y nuestra postura, nuestro lugar es el mismo. Será con otras personas, pero con las mismas emociones.

Luego de diferenciar pasado de presente, podemos sanar el trauma cuestionando, mirando con lupa cuál es ese sentimiento o postura que se repite. Por ejemplo: si siempre somos la persona que se queda sola, si siempre nos exigen, si siempre nos faltan las mismas cosAS. Llo que sea que se esté repitiendo y nos haga sufrir. Debemos conocer el contenido de esa mochila que nos pesa y limita.

Es muy importante conectarnos con ese niño o niña que sufrió, conectarnos desde el recuerdo, desde la ternura y el amor propio.

Recordar para sanar y no repetir. Recordar para soltar. Para mirar la vida globalmente y no quedarnos fijos en un solo momento. Por más fuerza que tenga, por más dolor que lleve eso que nos sucedió, fue sólo un momento y es nuestra emoción la que lo mantiene vivo, activo y en presente.

Muchas personas en este momento empiezan a preguntarse: “¿por qué a mí?”. Es el tiempo de la pena por el trauma vivido, el tiempo de la autocompasión. Pero debemos ser muy cuidadosos, no es lo mismo reparar y amparar al niño o niña que fuimos en el pasado que quejarse. No es lo mismo abrazarse a uno mismo con la intención de sanar que reprochar y lamentar.

También en este proceso de cura es importante hacer un duelo, aprender a vivir feliz con un dolor a cuestas. Entender que las frustraciones son parte de la vida cotidiana y son universales.

Sanando adultos rotos

A todos y a todas nos pasaron cosas dolorosas. Habrá quien haya tenido una infancia con más o menos situaciones traumáticas, pero todos somos adultos rotos.

Porque la vida es imperfecta, los vínculos son imperfectos. Entender que el dolor, el error, las limitaciones y los traumas son parte de la vida cotidiana y general es el paso fundamental para sanar un dolor del pasado, para soltar.

Finalmente hacer un duelo, aprender a vivir con el dolor. Aceptar las limitaciones, conectarse con el futuro, con la propia identidad. Conectarse con el deseo y tal vez elegir una postura, posición o modalidad de vínculos distinta a la que teníamos en el pasado. Elegir un nuevo modo de amar, de trabajar, de ser.

Para sanarnos, para dejar en el pasado esa una niña o niño roto debemos luchar contra la fuerza que nos impulsa a repetir situaciones. Y usar esa energía como combustible, como impulso para ser quienes deseamos ser. Las quejas y los reproches nos limitan y nos impiden cambiar.

Los lamentos y las comparaciones se sostienen de una ilusión, de una falsa mirada de la realidad. De suponer que hay una vida perfecta de la cual fuimos privadas y privados. En realidad, nadie nos quitó el paraíso. La infancia, la vida no es perfecta.

Para sanar debemos hacer el duelo y aprender a vivir con desilusiones, así se abre el enorme espacio de la ilusión, la alegría y la elección de un modo de vida genuino, más cercano a nuestra identidad, a quien verdaderamente somos.

Lic. Marina Halperin

Psicóloga

También te puede interesar

Un comentario sobre «Sanando adultos rotos»

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *