Obesidad Infantil: datos epidemiológicos

La obesidad infantil en nuestro país es una problemática de salud pública que preocupa cada vez más, tanto en el ámbito local como desde la mirada externa.

La obesidad, según la Organización Mundial de la Salud (1997) es la enfermedad caracterizada por el aumento de grasa corporal, cuya magnitud y distribución condicionan la salud del individuo.

Según un estudio (38° Congreso Argentino de Pediatría) pasamos de tener a nivel mundial 32 millones de niños con exceso de peso en 1990 a 42 millones en 2013, lo cual muestra una probabilidad (si se sigue la tendencia) que para el año 2025 habrá 70 millones de lactantes y niños pequeños con sobrepeso.

Según la última Encuesta Nacional de Factores de Riesgo (ENFR 2018) en las últimas décadas se registró a nivel mundial un cambio en los patrones alimentarios: aumento progresivo del consumo de ULTRAPROCESADOS, y de alimentos y bebidas con alto contenido de calorías y bajo valor nutritivo. Al mismo tiempo se observó una disminución de alimentos como frutas, verduras, legumbres, granos integrales y semillas.

En Argentina el panorama no dista del mundial y atraviesa todo el entramado social pero afecta especialmente a los grupos en mayor situación de vulnerabilidad. Los valores nacionales más alarmantes de las últimas dos décadas fueron:

  • Disminución del consumo de frutas en un 41% y de hortalizas en un 21%.
  • Aumento al doble del consumo de gaseosas y jugos en polvo.

Según la 2° Encuesta Nacional de Nutrición y Salud (ENNyS 2019):

  • Menores de 5 años: exceso de peso en un 13,6% (incluye sobrepeso y obesidad)
  • Entre 5 a 17 años: exceso de peso en un 41,1% (incluye sobrepeso y obesidad)

En comparación con los datos arrojados para los valores de bajo peso, el sobrepeso y la obesidad son los casos más frecuentes de malnutrición en nuestro país, valores que siguen en aumento al día de hoy. Estos datos concuerdan con los concluidos en la 4ta ENFR donde la prevalencia de exceso de peso fue de un 66,1%.

La proporción de la población Argentina que refirió en estos estudios haber consumido diariamente los alimentos recomendados, se encuentra muy por debajo de los requerimientos, siendo más marcado en el caso de frutas y verduras.

Los niños y adolescentes consumen un 40% más de bebidas azucaradas, productos de bollería y copetín y un triple más de golosinas que los adultos.

El 21,5% de los adultos responsables de los niños estudiados  entre 2 y 12 años  declaró que compró como mínimo una vez en la última semana algún alimento y/o bebida porque el niño lo vio en alguna publicidad.

Estos resultados corroboran el efecto inductivo y agresivo que la publicidad tiene en los niños. A su vez, sólo 1/3 de ellos confirmó haber leído las etiquetas de esos productos, de los cuales el 50% refirió haberlas entendido, dejando de manifiesto que el sistema de etiquetado actual en nuestro país no funciona adecuadamente.

Estos son valores alarmantes que necesitan ir de la mano de políticas públicas de prevención y control de la situación endémica actual, como así de medidas que promuevan un #etiquetadoclaroya y políticas de entornos saludables escolares con mayor alcance (iniciadas el 2019).

Lic. Josefina Danussi

Licenciada en Nutrición

@danutri.ok

josefinadanussi@gmail.com

Fuente Imagen: El mostrador

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