Sobre los vínculos, las formas de establecerlos y mantenerlos en el tiempo se han desarrollado múltiples teorías. Una de las más reconocidas en Psicología es la “Teoría del Apego” de Jonh Bowlby y Mary Ainsworth (una de las primeras mujeres investigadoras en Psicología).
En una línea de tiempo imaginaria, primero nos encontramos con el zoólogo Konrad Lorenz. Quien observó el comportamiento de grupos de patos, observando las interacciones entre ellos, concluyó que los vínculos entre ellos iban más allá del suministro de alimentos. El lazo más fuerte entre los patos se formaba con el primer pato adulto que veía el polluelo al salir del cascarón.
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De patos a humanos:
Bowlby tomó la investigación del zoólogo y con Ainsworth, llevaron a cabo un estudio experimental para observar cómo eran los vínculos de apego entre los bebés y su cuidador principal (ella se refiere a la figura materna, pero hoy podemos ampliar esta figura). El experimento puede verse en Youtube, se llama “La situación extraña” y consiste en observar cómo reacciona el bebé cuando la figura materna se va de la habitación, dejándole solo con una persona extraña (experimentador)
Es importante destacar que el tipo de vínculo establecido será clave para determinar el desarrollo social en todas las etapas de la vida.
A través de este experimento llegó a la conclusión de que existen diferentes tipos de apego:
Apego seguro
Se caracteriza por la sensación del infante de estar protegidx y sentirse queridx por el adulto, aun cuando esté ausente, confía en que regresará.
Las personas con este estilo de apego tienden a sentirse cómodas con la intimidad emocional y desarrollan la confianza. Generalmente, son personas que expresan una amplia gama de sentimientos y desarrollan la autoconfianza de forma eficaz.
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Apego inseguro-evitativo
En este caso, los niños responden ante la separación de su cuidador con altos niveles de angustia.
Las personas con este tipo de apego tienden a preocuparse por ser abandonadas y pueden desarrollar dependencia emocional. A menudo, experimentan altos niveles de ansiedad y tienden a buscar mucha cercanía y validación en sus vínculos.
Parecen intentar vivir la propia vida emocional sin el apoyo y el amor de los otros, desde una tendencia a la autosuficiencia y con una ausencia casi total de expresiones de miedo, malestar o rabia.
Apego inseguro-ambivalente
Cuando no existe constancia por parte del cuidador y las necesidades del niño se ven desatendidas se presenta este tipo de apego, donde la desconfianza se vuelve parte de la persona e incluso deja de buscar ayuda. Este estilo de apego es una combinación de ansioso y evitativo. Las personas pueden sentirse atrapadas entre el deseo de intimidad emocional y el miedo a la dependencia y la vulnerabilidad. Pueden alternar entre buscar la cercanía y alejarse emocionalmente. Se dan de forma prolongada y exagerada manifestaciones de rabia, miedo y malestar.
Para el trabajo terapéutico sobre vínculos, es importante identificar el tipo de apego para poder abordarlo, buscando que sea funcional para el desarrollo de la vida, en sintonía con valores, objetivos y metas.
Enzo Iaciancio

Licenciado en Psicología
lic.enzoiaciancio@gmail.com
Fuente imagen: https://www.primeraedicion.com.ar/
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