La importancia de trabajar las emociones en los más pequeños

Frente a este contexto difícil que nos toca atravesar como sociedad, pienso en cómo será el futuro de los más pequeños, que les deparará este mundo tan cambiante y qué podemos hacer nosotros, cada uno desde el lugar que ocupa, en torno a este tema.

Así como es importante alimentarnos de una manera adecuada, incorporar los diferentes alimentos que propone la pirámide nutricional, tenemos que poner atención a cuáles son aquellos nutrientes emocionales que necesitarán los niños de hoy para desarrollar una sana autoestima.

Una autoestima saludable se nutre principalmente del amor, es la base sólida que necesita todo niño para poder desarrollarse en este mundo, y quiero detenerme en la importancia de este punto, ya que muchas veces en nombre del amor buscamos evitarle al niño el dolor propio del crecimiento. En este sentido, no se trata de evitar las frustraciones sino de acompañarlos cuando las tengan, entendiendo que son propias de la vida y que acordes a la edad, deben ser vividas. Es esta la oportunidad que tienen de aprender a manejar el estrés, el enojo, la tristeza y demás emociones displacenteras. En efecto, todo niño necesita ser expuesto a desafíos adecuados a su edad y a pequeñas dosis de adversidad, ya que las frustraciones son la oportunidad que tienen para aprender a lidiar con los imposibles del momento, entrenado la paciencia, el autocontrol y la perseverancia.

No obstante, también existen cierto tipo de frustraciones que ningún niño debería atravesar, que son aquellas que denominamos tóxicas y que por su carácter traumático exponen a los chicos a un estrés permanente.

Como adultos y educadores, tenemos que entender que cuando un vínculo se construye con amor, aceptando al otro en su legitimidad de ser como es, lo que estamos haciendo es contribuir a que el niño pueda aceptarse a sí mismo como es, y desde dicha construcción podrá aceptar y respetar a otros.

Muchos padres y madres, por la vorágine como se vive hoy en día y las preocupaciones laborales, pierden de vista el nutrir emocionalmente a sus hijos y hasta en algunos casos eso es producto de no haber recibido ellos un trato nutritivo. Por tal motivo, es fundamental que los adultos puedan tomar conciencia de ello y amen sanamente a los niños, evitando repetir historias personales y replicando el amor defectuoso recibido.

Aquellos niños que reciban de su entorno mensajes positivos hacia su persona, tenderán a valorarse y a tener una autoestima fuerte y estable. Pero aquellos que reciban mensajes negativos serán más propensos a tener una identidad vulnerable. Es importante entender que aquellas palabras que provengan de los seres más significativos, quedarán guardadas como huellas en lo más profundo de su interior, pasando a ser adjetivos constitutivos de su ser. Por tal motivo, es necesario aprender a utilizar mensajes que sean empoderadores a la hora de referirnos a ellos, poniendo el énfasis en lo positivo para que sea tomado como una verdadera fuente motivacional para el niño y haciéndole saber que si algo no le está saliendo como espera, que no se desaliente, que con práctica, amor y dedicación podrá superar los obstáculos.

En tanto, aprendamos a poner el foco en lo importante, nutriendo emocionalmente a los niños, el mundo en donde crezcan será un lugar mejor.

Antonella Gigli

Licenciada en Psicología y Coach Life

mariaantonellagigli@gmail.com

@licenciadagigli

Fuente Imagen: Magisnet

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