Hoy: Infancias y Adolescencias sin etiquetas
Las niñas y niños tienen derecho a vivir, crecer y desarrollarse sin ser portadores de rótulos y etiquetas diagnósticas. La cuales los anulan en su ser infante y adolescente, que produce invisibilización, dolor y sufrimiento. Titulamos a esta nota: Infancias y Adolescencias sin etiquetas
Los niñas/os y adolescentes tienen derecho a ser considerados como ser en formación.
En tanto sujetos cuya estructuración subjetiva no es fija ni estática, sino que cambia y se configura y re-configura en torno a las experiencias vivenciadas. Como así también a entramados vinculares que se constituyen con su entorno inmediato, a partir de los cuales, crecen y se desarrollan dejando una impronta particular.
De esta manera transitan la vida cotidiana a partir de diferentes experiencias y aprendizajes que modelan su psiquismo y su forma de vincularse con el objeto de conocimiento. Y también con los otros semejantes con los cuales se enlaza. Armando redes de vínculos que pueden ser estimulantes y de gran sostén con el estímulo y acompañamiento necesario.
Dichos entramados vinculares pueden acompañar, sostener, enlazar y alojar. Como así también ser estimulantes y promotores de movimientos subjetivos, alentar a afrontar nuevos desafíos y promover la consecución de nuevos logros y aprendizajes.
O por el contrario, a partir de vínculos poco nutritivos que se reflejan en la designación del niño/a o joven a través de un rótulo estigmatizante. El cual puede producir la fijación del mismo/a como una etiqueta. Que impide ver al sujeto en su subjetividad, integralidad, en su padecer, sufrimiento.…como en su fortaleza y deseo. En tanto anula y obtura la potencialidad que habita en todo ser infante y adolescente.
Por ello, resulta necesario reflexionar sobre los diagnósticos y/o sobre diagnósticos que abundan en la actualidad, como forma de dar respuesta a la necesidad de inmediatez. Ya que pareciera ser que “urge un diagnóstico, porque tranquiliza”.
La evaluación es pertinente, porque es necesario evaluar para llegar a un acercamiento diagnóstico.
Hay distintas formas de emprender una evaluación puede ser mas cualitativa y con menos índices cuantitativos etc pero que sea como se conforme, que dicha evaluación sea propuesta para que nos brinde posibles rutas, y nuevos caminos por dónde ir y abordar el tratamiento, que trace lineamientos por donde hallar algunas respuestas que permitan seguir formulando nuevos interrogantes.
Asimismo, también trabajar interdisciplinariamente para generar y proponer nuevos senderos a transitar. De forma que permita abrir otras posibilidades de movimientos subjetivos.
Como Psicopedagoga entiendo que los diagnósticos no deben ser sinónimos de etiquetas.
Sino indicios que nos permiten conocer las características y modalidades particulares que presentan las niñas, niños y jóvenes al momento de ser evaluados, como algo transitorio y/o móvil.
El diagnóstico, no implica ver al sujeto a través de una lupa que etiqueta o rótula por siempre. Sino que colabora para a partir de una buena evaluación con la formulación de interrogantes que permiten conocer al sujeto que consulta.
¿Cómo es su modo de presentarse y darse a conocer? ¿Cómo se vincula con el mundo que lo rodea?¿Cómo se relaciona el objeto de conocimiento?¿Cuáles son sus intereses y deseos?¿Qué le preocupa?¿Que la/lo motiva?
Interrogantes que ayudan a conocer cuáles son características particulares y las dificultades que enfrenta en su cotidianidad.
Y partiendo de ello, propiciar de manera paulatina el fortalecimiento de sus potencialidades.
El niño/a y adolescente, como unidad biopsicosocial, integra diferentes grupos sociales: la familia, la escuela, el club y otros; entre los cuales se encuentra en constante intercambio. Cumplen éstos, un rol fundamental en la crianza y educación de las infancias y adolescencias, en tanto agentes principales de socialización.
Resulta entónces necesario, trabajar en dichos ámbitos de socialización a fin de superar miradas carentes y deficitarias, para que nadie quede atado al “diagnóstico como etiqueta”.
Por el contrario; centrarse en las potencialidades de las niñas, niños y adolescentes y no perder de vista al sujeto deseante. Y ayudar en otros casos a que el deseo emerja…abre nuevos caminos a transitar y descubrir como floreciente jardín que hay que cuidar y regar a diario.
Lic. Andrea Cabanilla Turdera
Psicopedagoga
Fuente imagen: Fundación Fledni
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