Mi hijo/a se enoja

Hoy te vengo a contar algo que me está pasando muy seguido. Primero quiero decirte “prohibido culpas“, no es para eso que escribo, si no para ayudarte a encontrar herramientas que te sirvan a vos, porque como mapadres queremos lo mejor para nuestros hijo/as y hacemos lo que podemos con los conocimientos y creencias que poseemos cada uno de nosotros. 

Ahora bien cada uno de nosotros conocemos a nuestros/as hijo/as sabemos, aunque creamos que no, porque es que están enojados. Si estamos en duda lo que hay que hacer es observar, pero no solo mirar.

Observar con todos los sentidos, percibir los momentos en los cuales ese sentimiento comienza a aflorar. Es fundamental también auto observarnos, qué es lo que hacemos nosotros ante ese enojo, ¿también nos enojamos? ¿les gritamos? los retamos? ¿validamos su emoción? ¿abrazamos? ¿contenemos? ¿Cómo los miramos? 

Entonces bien, primero es importante que el cambio pase por el adulto, salir de nuestra zona de confort para intentar algo diferente. El cambio comienza con uno, si buscamos resultados diferentes probemos aplicar metodologías diferentes. Y siempre escuchar la necesidad del niño/a, que no es lo mismo que oír.

Cuando hablo de escucha, hablo de comprender desde lo que nos dice verbalmente hasta lo que nos quiere decir con el cuerpo. Esto no es tarea fácil, requiere de tiempo, práctica y fundamentalmente de empatía. 

Es sabido que el abuso de pantallas puede ser una de las causas por las cuales el/la niño/a esté más irritable, pero no es la única. Muchas veces lo único que nos piden es tiempo, tiempo dedicado pura y exclusivamente a ellos/as.  Otras veces se frustran rápido porque algo no les sale y ahí también aparece el enojo. ¿Qué es lo que podemos hacer como mapadres?

– Validar emociones, suena repetitivo, pero a ellos/as los hace sentir seguros y entender que es lo que les pasa.
– Hablarles, hablarles y hablarles poner en palabras lo que no comprenden.

-Agacharse a su altura para explicarles lo necesario, algo tan sencillo como esto cambia mucho porque los/as niño/as sienten que realmente que podemos entenderlos.

-Abrazarlos, si observan y escuchan esa necesidad háganlo, es una manera para que ellos/as se sientan contenidos, de sentir sus límites, su cuerpo.

-Mecerlos, pueden hacerlo a upa o recostados en una tela al estilo hamaca paraguaya, eso los regula, los calma.

Preguntarles qué les pasa, ¿Cuál es el motivo del enojo? Si entienden lo que les ocurre?

– Ayudarlos a pensar como podemos hacer entre el/la pequeño/a y el adulto para que no llegar a ese sentimiento de enojo o que cese.

No te voy a mentir, requiere de paciencia y los resultados no son a corto plazo, es algo que hay que trabajar todos los días.

El/la niño/a está aprendiendo sobre la vida y muchas veces no entiende que es lo que le pasa, y es allí en donde nosotros debemos actuar de la mejor manera posible. 

Fiorella Natale

Técnica Superior en psicomotricidad

Especialista en primera infancia

@talleresdepmt

tallerespsicomotricidadpmt.gmail.com

También te puede interesar

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *