Frustración infantil

Hoy: Frustración infantil

Proponemos retomar la definición de frustración: es una combinación de sentimientos provocados por la imposibilidad de satisfacer una necesidad o deseo. Algo que nos sobreviene al reconocer que las cosas no son como lo imaginamos, o que no salen como queremos. Como padres nos gustaría que los niños no experimenten estas sensaciones. Aun así, no es posible evitarlo, dado que son propias de las etapas del desarrollo, y a lo largo de la vida se encontrarán —como nosotros— ante muchas situaciones imprevistas. ¿Es posible acompañarlos a llevarse un aprendizaje y a fortalecerse de la experiencia? Es muy importante que con nuestra cercanía y apoyo puedan resolver o gestionar lo que les pasa, con recursos. Titulamos a esta nota: Frustración infantil

Es valioso distinguir que su frustración activa la nuestra, y puede ser espejo muchas veces de lo que nos está sucediendo. Cada situación que se presenta nos convoca a tomar nuestro rol adulto y a poder estar activos y presentes. Pasar de estar reactivos a ser creativos, experimentando nuevas respuestas ante lo que sucede.

Por otra parte, ¿Qué vamos a hacer con lo que nos sucede a nosotros ante su frustración?

Dejarlo “en pausa” en ese momento, para ocuparnos luego. Si no, los niños y niñas terminan recibiendo nuestra propia frustración, y teniendo que lidiar con ella.

Según la edad, es sustancial como primer paso “dar lugar” a lo que trae la frustración, antes de querer resolver lo que la provoca. Como adultos, somos los encargados de reconocer lo que se está expresando, sin juzgar, para tomar una acción que lleve a restablecer el equilibrio.

“Dar lugar” es una manera de poner juntos en palabras lo que pasa: “veo que esto que pasó te trae mucho enojo”, o “está bien si necesitás hacer eso porque lo que sucede te enoja mucho, lo entiendo”, “si necesitás un abrazo estoy aquí y puedo dártelo”

¿Cómo se expresa la frustración en ellos, y con qué recursos contamos?

Hay niños/as que se enojan, gritan, dan golpes. Hasta pueden romper cosas, porque no tienen aún la capacidad de contener o redirigir ese “mar de emociones y sensaciones” que está atravesando su cuerpo. También hay quienes se encierran en sí mismos y la mirada se les pone esquiva, evitan hacer contacto. Cuando son un poquito más grandes podemos observar: ansiedad, falta de aire, cansancio corporal, y también miedos que expresan.

Frustración infantil

Ante toda manifestación, sugerimos centrarnos en acompañar sin entrar en desesperación ni susto. Y explorar los siguientes recursos:

1) hacer contacto visual con el niño/a

2) probar llamarlo por su nombre con firmeza y claridad, siempre amorosamente

3) registrar cuando algo en el cuerpo empieza a aflojarse, y volver a ofrecer un abrazo

4) si hay una sensación de falta de aire, proponerle exhalar, y no enfocarse tanto en tomar aire.

No hay fórmulas ni nada se resuelve de un día para el otro. Traemos dinámicas muy arraigadas en las relaciones. Siempre el primer paso es muy pequeño y requiere revisión, destreza y creatividad. La paciencia es nuestra mayor aliada. Empezando por nosotros, para poder tenerla con los niños.

Si nos queres compartir tu experiencia, podés escribirnos a @semillacorazontaller

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Fuente imagen: https://www.conmishijos.com/ https://madreshoy.com

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