El enojo como todas las emociones tiene una función. Hay personas que se enojan mucho y les cuesta salir de eso y otras a las que les cuesta conectar con el enojo. Ningún extremo es bueno!. Hoy: El enojo: ¿aliado o enemigo?.
El enojo nos ayuda a poner límites o a identificar que hay algo que nos está resultando incómodo. Pero en ocasiones también nos aleja de seres queridos, nos lleva a romper relaciones, nos genera un “fuego interno” nocivo.
Entonces la pregunta es ¿Cómo hacer para poner límites sin enojarnos tanto?
Y ¿Qué hace nuestra mente mientras estamos enojados?. ¿Intenta resolver aquello que nos está molestando o busca más y más razones para enojarse?
Conozcamos algunas funciones el enojo:
1.Protección y defensa: El enojo surge como una respuesta natural ante una amenaza, ya sea física o emocional. Cuando algo o alguien invade nuestro espacio personal o desafía nuestros valores, el enojo nos ayuda a establecer límites y a defendernos.
2.Indicación de necesidades insatisfechas: el enojo aparece cuando sentimos que algo es injusto o no está alineado con nuestras expectativas o necesidades. Nos motiva a actuar para cambiar situaciones que percibimos como desfavorables.
3.Impulso para el cambio: Cuando nos enojamos, nuestro cuerpo libera adrenalina, lo que nos da la energía y motivación necesarias para enfrentar una situación incómoda y realizar los cambios necesarios.
Aunque el enojo tiene estas funciones positivas, muchas veces puede volverse destructivo si no lo sabemos gestionar adecuadamente. No es la emoción en sí misma la que causa problemas, sino la forma en que la expresamos o reprimimos.
Enojo mal “manejado”: El impacto en nuestra salud y relaciones
Cuando no canalizamos bien el enojo, puede transformarse en resentimiento, frustración o incluso en problemas de salud física y mental. El enojo crónico o descontrolado está vinculado a:
Problemas de salud física (hipertensión, problemas cardiovasculares, insomnio y otros)
Estrés emocional: Guardar el enojo o expresarlo de forma explosiva genera un estado constante de estrés, lo que afecta la salud mental y emocional.
Daño en las relaciones: Las reacciones impulsivas o agresivas pueden llevar a conflictos y rupturas en nuestras relaciones personales y profesionales.
La clave está en aprender a identificar, procesar y expresar el enojo de una manera que nos ayude a resolver los problemas y proteger nuestro bienestar sin dañar a los demás o a nosotros mismos.
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Algunas técnicas efectivas para manejar el enojo de forma saludable:
1.Reconocer y aceptar el enojo. El primer paso es reconocerlo sin juzgarlo, sentir enojo es natural y, en sí mismo, no es negativo. Esto te permitirá manejarlo con mayor claridad y menos culpa.
2.Practicar la autorreflexión
Antes de reaccionar, tratá de analizar la situación que te ha provocado el enojo. Preguntate: “¿Qué ha desencadenado este sentimiento?”, “¿por qué esta situación me enoja tanto?”. Esta reflexión te ayudará a comprender mejor el motivo de tu enojo y a abordarlo con mayor consciencia.
3.Identificar los pensamientos distorsionados. El enojo se intensifica debido a pensamientos irracionales o exagerados, como “siempre me tratan mal” o “nunca logro nada”. Identificar y cuestionar estos pensamientos puede reducir la intensidad del enojo y ayudarte a ver la situación de forma más objetiva.
4.Practicar técnicas de respiración y relajación. Esto ayudará a bajar la intensidad de la emoción y responder de forma más adecuada.
5.Expresar el enojo de forma constructiva y asertiva. Una vez que hayas calmado tu impulso inicial, tratá de expresar tu enojo de forma clara y directa, pero sin agresividad.
6.Buscar una actividad que te ayude a liberar la tensión. Correr, practicar yoga o bailar pueden ser una excelente manera de canalizar esa energía de manera saludable.
7.Desarrollar empatía y comprensión. A veces, el enojo se disuelve cuando intentamos entender la perspectiva de la otra persona. Practicar la empatía puede ayudarte a reducir el conflicto y a encontrar soluciones basadas en el entendimiento mutuo.
8.Buscar apoyo profesional si es necesario. Si sentís que el enojo está afectando negativamente tu vida o relaciones, es útil buscar ayuda profesional. La terapia puede ayudarte a explorar las causas subyacentes del enojo y a desarrollar herramientas para gestionarlo de manera saludable.
Derechos de autor: Lara Levyon
Psicológa- Enfoque integrativo- EMDR
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