Cuando lo das todo y más

Cuando lo das todo y más (y te quedas sin energía)

Muchas veces creemos que tenemos que estar a disposición de los demás. Todo el mundo nos demanda: trabajo, hijos, pareja, familia, amigos. La tecnología con la urgencia de tener que estar al día con mensajes, mails, noticias. O novedades que nos interesan o hacen a nuestra labor cotidiana, y muchos etc que son tan variados como la vida de cada ser que habita esta tierra. Titulamos a esta nota: Cuando lo das todo y más

Esto nos deja en un lugar de sentirnos insuficiente. De pensar que siempre nos queda algo por hacer y que no llegamos a abarcar todo lo que quisiéramos. Y, para completar la multiplicidad de demandas, cuando nos acordamos que nos hemos olvidado de nosotras y queremos darnos un momento, ya estamos agotadas y nos sentimos en deuda con nosotras mismas.

Entonces nos preguntamos “¿Hasta cuándo?” Y, a veces, cuando nos decimos “basta” es cuando ya nuestro cuerpo nos está mostrando síntomas físicos que nos impiden ocuparnos de nosotras y también de todo eso que pusimos primero.

¿Cómo hacer, entonces, para equilibrar las demandas del afuera y las necesidades de nuestro interior y salir airosas? Poniendo orden de prioridades.

Te voy a dar tres pasos para observar tus prioridades y replantear cómo querés ordenarlas. Como así tener una mejor calidad de vida y recuperar tu paz haciendo tu día más feliz.

  1. El primer paso es hacer un alto en el camino. Para mirar atentamente y con una mano en el corazón qué estamos priorizando en nuestras vidas. Te recomiendo que escribas esto, así podés tenerlo bien a la vista y tomar cartas en el asunto de reconsiderar tus prioridades.
  2. El segundo paso es que puedas identificar cuáles de esas cosas que priorizas son realmente importantes y prioritarias. Y cuáles son menos importantes y cuáles priorizar sólo en casos de urgencia. Por ejemplo, si surge una situación imprevista en el trabajo y de rápida solución (impostergable realmente), sólo en ese caso dejo de ir a … (yoga, gimnasio, baile, cerámica, o lo que sea que te gusta hacer y sabes que te llena de energía y bienestar)
  3. El tercer paso es tener presente siempre este nuevo orden de prioridades y hacerlo visible para ti en tu cotidianidad. De esta manera lograrás sostener esos espacios, tiempos, actividades que te hacen bien y pronto estarás haciendo eso y respondiendo con toda la energía a las demandas del afuera.

Más sobre: Cuando lo das todo y más

Te sorprenderás de cómo logras tener energía y tiempo para todo, una vez que te focalizas en tu bienestar y en sostener eso que te trae armonía, felicidad y paz interior.

Porque cuando estás en bienestar tu energía se estabiliza de una manera muy saludable. Y logras hacer todo lo que te propongas, siempre que estés atenta a no desequilibrar el balance hacia la autoexigencia de “si no puedo hacer esto hoy, me siento mal”. Si un día no puedes hacerlo, busca dialogar contigo como si fueras otra persona y explícale que lo puedes hacer mañana y todo seguirá su curso, priorizándote.

Pruébalo y observa si esto te funciona. Si es así, sigue ese camino, que seguramente te llevará al bienestar.

María Inés Pesce

Terapeuta Holística especializada en gestión energética y mentora de Bienestar

Fuente imagen: https://www.wemystic.com.br/

También te puede interesar

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *