Una vida con sentido

He cometido el peor de los pecados

que un hombre puede cometer.

No he sido feliz. Que los glaciares

del olvido

me arrastren y me pierdan,

despiadados… J. L. Borges

Esta vez dejadme ser feliz

nada ha pasado a nadie,

no estoy en parte alguna

sucede solamente

que soy feliz… P. Neruda.

Parece que desde la literatura expresada en poema, el ser humano busca ser feliz y encontrar la “formula” para hallarla. Como si la felicidad fuera un estado que llega para quedarse por la eternidad. Como si fuera algo por lo cual no hay que trabajar, sino más bien correr tras ella, haber si se agarra la sortija, como en la calesita.

Leyendo cosas interesantes y buscando un poco en otras culturas me encontré en Japón. En una isla llamada Okinawa. Allí sus habitantes muy longevos, por cierto, practican lo que se llama IKIGAI.

Iki= vida y Gai= “merecer la pena”, “realización de aquello que deseamos”, “razón de ser”.

¡Qué bueno, ¿verdad?!

Los habitantes del lugar lo practican aún teniendo en cuenta, la alimentación sana, la amistad y la solidaridad, el hacer algo por el otro, sin invadir.

No deseo detenerme en profundizar sobre esta filosofía aquí, deseo que quede abierta la posibilidad de preguntarse…

¿Tengo una vida con propósito?, ¿se cuál es?, ¿vivo una vida con sentido o vivo en un sin sentido?. Estas preguntas requieren de valor, de compromiso, para atreverse a mirarse adentro, requiere una profunda introspección. Con amorosidad y autocompasión. Empáticos y aceptantes con lo que aparece, y en caso de no ser lo esperado, tomarlo como la oportunidad de conocerse en profundidad. Buscar lo que se necesite con conciencia, modificar lo necesario. Por hay habrá que insistir hasta lograr lo deseado. Comenzando un nuevo camino, con sentido, propósito, finalidad de ser.

Y acá parece encontrarse la tan deseada “felicidad”. Esa que se va construyendo mientras vivimos conectados con nosotros mismos, con nuestras más genuinas necesidades, siendo nuestros mejores aliados.

Y la vida nos interpela preguntando si, ¿vivimos o existimos?.

Vivir se remite a estar vivos, a todo lo que nuestro cuerpo realiza de manera natural a través de los signos vitales, existir en cambio es tener un “para que”, con conciencia plena dotada de sentido, único y personal de cada individuo.

Nietzsche nos recuerda, “ El que tiene un por que para vivir, puede soportar casi cualquier como”

Otro concepto importante para cerrar es, ICHI-GO – ICHI-E, “una vez, una oportunidad”, “disfrutar de las cosas como algo único”, “solo por esta vez”, ”una oportunidad en la vida” El término se creo en la ceremonia del te, ceremonia donde se cultivan los cinco sentidos. Es una participación a vivir estando totalmente presente en lo que estamos haciendo y sobre todo con las personas con las que estamos. Lo que estamos viviendo es único y no se volverá a repetir.

La invitación es a existir con un propósito, de manera presente, con plena conciencia. Recordando que el momento es único y que la vida es una oportunidad dotada de sentido. Esa es nuestra responsabilidad: “vivir una vida que merezca la pena”.

Clr Patricia Pinnola

Counselor

Especialización en duelos

Cel.: 1560199386

Fuente imagen: aranchamerino.com

También te puede interesar

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *