El juego como motor del desarrollo

El juego es aquella actividad a través de la cual el niño aprehende el mundo que lo rodea, interactúa con objetos, resuelve problemas, utiliza distintas modalidades de comunicación, involucra su cuerpo y convoca al otro. El jugar constituye el modo fundamental de la creatividad humana, tiene fin en sí mismo y cuando es genuino, lleva la marca del placer y disfrute. En la primera infancia es el modo primordial en que los niños aprenden.

Si no hay juego, no hay historia ni infancia”, dice Bruner, confirmando que el juego cumple una función central, irremplazable e imprescindible en el desarrollo infantil.

Según Piaget, a cada edad podemos encontrar distintos tipos de juegos que se privilegian:

Entre los 0 y 2 años: juegos de ejercicio. El cuerpo de los bebés y niños es la fuente de actividad. Repiten una y otra vez la misma acción porque les da placer que tenga como efecto el mismo resultado. Por ejemplo morder algo, lanzarlo, golpearlo, esconderse, arrastrarse.

Entre los 2 y los 7 años: juegos simbólicos. El niño logró adquirir la imagen mental del objeto que quiere representar y puede prescindir de él, haciendo “como si”… Juegan entonces “a que se duermen”… usan un lápiz “haciendo de cuenta que es un avión…”

Después de los 7 años: juegos de mesa. Los niños han logrado ponerse en el lugar del otro pudiendo tener en cuenta su opinión y respetar las reglas del juego.

Es importante recordar que las edades son orientativas y los distintos juegos no desaparecen…

Mi eje principal de trabajo como Estimuladora Temprana es el juego. Puede ser difícil imaginar que un bebé “juega” cuando no hay lenguaje (oral) o cuando aún no está desarrollada la capacidad simbólica (el “como si”…). Pero es importante recordar que el juego por sí solo no existe… para que algo se convierta en juego, los niños necesitan de un otro, generalmente adulto, que nombre y defina a esa actividad que ellos están haciendo como juego.. Esto es clave en la primera infancia.

En esta nota describiré brevemente aquellas acciones que pueden observarse entre los 0 y los 2 años:

Juego del chupeteo: Es una acción que no tiene como objetivo el alimentarse, el bebé chupetea por placer. Por ejemplo muchas mamás afirman: “se pone a jugar con la teta y no come… se distrae jugando y no toma la mamadera”.

Juego del ajo: aquí aparece la mirada y el “diálogo” entre el bebé y su cuidador. El bebé responde diciendo “ajooo.”

Juego del sonajero: el adulto ofrece algún objeto como un chupete o sonajero y el bebé se entretiene con ellos, realizando variadas acciones sobre los mismos.

Juego del cucú: el conocido juego del “acá taaa!”. El bebé disfruta viendo al adulto aparecer y desaparecer, ocultando su rostro. (siempre y cuando no tarde mucho!)

Juego de bordes: los famosos juegos en donde el bebé tira algún objeto de la cuna esperando que se lo alcancemos para volver a tirarlo… muchas veces! También se observa el interés por tirarse, saltar, jugar a caer.

Estos juegos son muy importantes para el desarrollo de los niños y van marcando “hitos” en ese proceso, ayudándolos a apropiarse del entorno, las personas y los objetos con los que interactúan.

¿Cómo podemos como adultos acompañar estos momentos?

Lo más importante es estar disponibles corporal y emocionalmente para involucrarnos en el mundo lúdico. Poner palabras y poner el cuerpo, dejar las pantallas, ofrecer objetos e inventar escenas. Muchas veces los juguetes ni siquiera son necesarios porque cualquier objeto (seguro) puede convertirse en un elemento lúdico. ¿Cuántas veces compramos algo y el bebé prefiere jugar con cucharas o sartenes?

Aprender a disfrutar esos momentos junto a los niños será un desafío como adultos, pero vale la pena!!

Seguramente nos habilite a recuperar algo de lo propio, de nuestra infancia y del placer de “jugar por jugar”.

Lic. Virginia Ruiz

Prof. Nivel Inicial y Nivel Primario

Psicopedagoga, Especialista en Intervencion y Estimulacion Temprana

@pamaternarte

Fuente imagen: Google Sites

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