La información que recibimos nos llega a través de nuestros sistemas sensoriales. El Cerebro debe organizar estas sensaciones para poder “Actuar”.
La integración sensorial es una habilidad del Sistema Nervioso Central para organizar y procesar estímulos de diferentes canales sensoriales para tener una respuesta adaptativa (Ayres 1979).
¿Ahora bien a que nos referimos con canales sensoriales?
Llamamos canales sensoriales a los 7 sistemas
- El sentido del Tacto
- El sentido del Movimiento (Vestibular)
- El sentido de la Posición Corporal (Propiocepción)
- El sentido de la Vista
- El sentido del Gusto
- El sentido del Olfato
- El sentido de la Audición
Las experiencias Sensoriales provenientes de estos siete sentidos, deberán ser organizadas e interpretadas por el cerebro para ser utilizadas con eficacia y funcionalidad en las ocupaciones diarias (Actividades de la Vida Diaria, Descanso y Sueño, Educación, Juego, Tiempo Libre y Participación Social).
¿Qué pasa cuando esto no ocurre?
Cuando un niño no consigue actuar de manera adecuada puede deberse a que su cerebro no está pudiendo organizar estas sensaciones. Es aquí donde observamos que las dificultades en su procesamiento sensorial impactan en las ocupaciones de todos los días.
¿Cuándo se debe consultar con un Licenciado en Terapia Ocupacional?
Si sospecha que el niño está teniendo dificultades en su desempeño ocupacional diario, se debería realizar una entrevista y el terapeuta considerar si requiere una evaluación.
Muchas veces, es en el aula donde se vislumbra la problemática. Debemos prestar atención a lo que nos dice la maestra con respecto al desempeño escolar.
Algunos signos son:
Higiene: se irrita con el corte de uñas y pelo. Se molesta con el cepillado de dientes.
Alimentación: Repertorio limitado de alimentos. Llena mucho su boca.
Vestido: No tolera ciertos tipos de ropa. No consigue manejar prendeduras. Demora mucho en vestirse.
Juego: Evita que otros niños lo toquen o estén cerca. No le agrada ensuciarse. Temeroso a ciertos juegos. No le gustan los juegos de plaza como las hamacas.
Busca excesivo movimiento. Dificultad para generar nuevas ideas. Evita actividades de construcción.
Escuela: No le agradan las actividades plásticas. Se molesta con sonidos que otros niños no suelen notar. No logra terminar las tareas. Nivel de actividad inusualmente alto o bajo. Dificultades en la escritura.
Pobre organización del comportamiento. Baja auto estima.
Son muchos los signos que pueden llegar a darse, lo importante es notar que el niño no está pudiendo responder de manera adecuada a las demandas del ambiente y por lo tanto no está siendo funcional como otros niños de su edad.
Es muy importante recordar que una conducta aislada no hace a un Desorden de Procesamiento Sensorial. Normalmente, un niño con desorden de integración sensorial presentará más de uno de estos signos.
Lic. Julieta Cecchini
Terapista Ocupacional
Especialista en Pediatría
M.N. 2683 M.P. 2047
IG @to_en_pediatriaa
Bibliography:
A Parent’s Guide to Understanding Sensory Integration.Sensory Integration International, Torrance, EEUU.
Integración Sensorial y el niño. A. Jean Ayres.
Equilibrio Sensorial. Erna I. Blanche
Fuente imagen: Ceril
