Hablemos de Psicofarmacología

Hoy: Psicofarmacología

Los trastornos en el estado de ánimo o de la personalidad, son el resultado de la interacción entre el funcionamiento psíquico, el ambiente social y factores biológicos.

La psicofarmacología puede ser un componente integral y significativo para el tratamiento eficiente.

En algunos casos es necesario recurrir a una consulta con Psiquiatría, además de la terapia que estés realizando con el psicólogo. Ambos trabajan en equipo. Titulamos a esta nota: Hablemos de Psicofarmacología

En el tratamiento de los trastornos psiquiátricos hay que seguir una serie de principios generales que se pueden resumir en:

La evaluación integral del paciente, que incluye el diagnóstico clínico del trastorno (siguiendo clasificaciones internacionalmente aceptadas, CIE-10 y DSM-IV).

La valoración de sus discapacidades, la evaluación de sus necesidades (de cuidados básicos, alojamiento, económicos, laborales, relacionales, … ). Como también de sus potencialidades de soporte personal y social.

El establecimiento de una relación terapéutica, que implica generar una relación de confianza, en la que se trate de llegar a un acuerdo sobre los problemas existentes y las medidas a tomar para resolverlas.

La indicación del tratamiento a seguir, que se realizará de acuerdo con el diagnóstico, los problemas existentes, los recursos disponibles y la decisión del paciente.

En esta indicación del tratamiento se debe contemplar:

El tipo de tratamiento que según las pruebas existentes ha demostrado una respuesta terapéutica mejor para esos problemas y diagnósticos. En general, para un gran número de trastornos los mejores resultados se obtienen cuando se administran conjuntamente tratamiento psicofarmacológico y alguna técnica psicoterapéutica o psicoeducativa.

Cuando se combinan varios tratamientos es de suma importancia determinar cuál es la secuencia adecuada en la administración de los mismos. Y la coordinación de todas las acciones que se realicen por los distintos agentes.

Aquellas áreas que puede necesitar una persona con trastornos mentales, sobre todo si se trata de trastornos mentales crónicos y graves.

La evaluación del plan terapéutico valorando el cumplimiento de los objetivos propuestos en el mismo.

Realizar la elección del fármaco en base a:

Los síntomas clave que presenta esa persona.

El mecanismo de acción de los fármacos propuestos. Su farmacocinética.

Las posibles interacciones que pudieran existir con otros fármacos que se estuvieran administrando al sujeto.

Las contraindicaciones según otras patologías presentes. Sus efectos secundarios adversos.

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Todo esto…¿Para qué?

Cuando se establece que hay un trastorno en el estado de ánimo, o trastorno en la personalidad, se indica el tratamiento con psicofármacos a los fines de estabilizar anímicamente al sujeto. Funciona demás, para la adherencia al tratamiento psicológico y cumplimiento de objetivos entre paciente y profesionales (psicólogo y psiquiatra).

Si el paciente mantiene síntomas de depresión por ejemplo, será muy difícil pautar objetivos terapéuticos sin medicación. Ya que no logrará darse cuenta de sus procesos internos, diferenciación de pensamientos, emociones que lo atraviesan, contexto. Desfavorablemente, se verá obligada a abandonar el tratamiento por escasez de recursos de afrontamiento.

Los psicofármacos alivian síntomas, favorecen la remisión de los episodios de enfermedad y, en muchas ocasiones, previenen las recaídas.

Para los pacientes que inician este tipo de tratamientos, es de suma importancia brindarles Psico educación, información necesaria, confianza y apoyo por parte de los profesionales.

María Josefina Posadas