Autocuidado y límites personales

Crece la demanda psicológica y médica en los últimos meses y con ello la dificultad de los terapeutas y agentes de salud en general para sostener medidas de autocuidado y limites personales que podrían prevenir el síndrome de Burnout. 

Ahora bien, en los últimos meses, se han detectado severas dificultades para sostener medidas de autocuidado y limites personales en profesionales de salud. La creciente demanda de asistencia psicológica y médica nos ha enfrentado a no respetar horarios de descanso, alimentación saludable, hobbies, armando un hermoso tetris de agenda laboral mayormente  en lo referente a exceso de turnos en terapia online.

Esto se desprende a su vez de la necesidad imperiosa de poder acceder a una calidad de vida óptima para aquellos terapeutas que trabajan de forma autónoma, donde se establece una relación de proporcionalidad  directa entre aumento de cantidad de pacientes atendidos y aumento de salario mensual. 

Muchas personas, entre ellas agentes de salud, terapeutas, pertenecientes al mundo de los humanos no han aprendido ese conjunto de conductas dirigidas para sí, no cuentan en su repertorio con tales aprendizajes puesto que su historia no se los ha permitido, enseñado, reforzado o presentan un déficit

Por tanto, poder contar con la guía de un supervisor/supervisora, obtener el modelado de aquellos referentes que admiramos por las decididas medidas de autocuidado que observamos en ellos, el trabajo en red, y el trabajo de un espacio terapéutico propio son decisivos a la hora de entrenar y aprender estas nuevas conductas.

El autocuidado no es un asunto de acciones mecánicas, ni mucho menos.

Se asume como un proceso que tiene que lidiar con la complejidad de las historias de vida y  sus    diversos  momentos, pensamientos, creencias disfuncionales y demás procesos subyacentes. De este modo se encuentra enhebrado a la historia de aprendizaje de la persona. En ocasiones terapeutas más bien con un desempeño desmedido para el otro, se olvidan a menudo de sí mismos. Y entendemos aquí que “no se puede servir de una jarra vacía” para cuidar del otro, antes es necesario cuidar de sí mismo, pues” el cuidado solamente ocurre con la transmisión de los sentimientos y potencialidades personales a la otra persona”.

Según lo antes expuesto se puede asumir el autocuidado como la responsabilidad que tiene cada individuo para el fomento, conservación y cuidado de su propia salud.

Lic. Daiana López Cross

Terapeuta Cognitiva Conductual Contextual

Directora de EDIN

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