Descanso y sueño

El ritmo de vida actual y la vorágine que este conlleva, a veces no nos permite analizar cómo es nuestro descanso y si la condición de nuestro sueño es realmente reparadora. En base a esto podríamos preguntarnos, ¿Cómo dormimos? ¿Cómo es el ambiente donde elegimos descansar? ¿Cuántas horas dormimos?. ¿Nuestro sueño es continuo?. Son preguntas que generalmente no nos hacemos. Pero lo cierto es que la calidad de nuestro sueño es indispensable para el correcto funcionamiento de nuestra vida cotidiana. Hoy: Descanso y sueño

Así como las actividades de la vida diaria, que comprenden la alimentación, el vestido, la higiene personal, entre otras, un buen descanso y sueño son necesarios para mantener nuestro equilibrio ocupacional.

Si percibís que tenés dificultades para conciliar el sueño o sentís que no es reparador, continuo y de calidad, será necesario que principalmente realices una consulta médica. Si se descarta algún problema de salud, estamos en condiciones de abordar e implementar ciertas conductas para beneficiar este área ocupacional.

  1. Identificar la cantidad de horas que dormimos. Cada rutina ocupacional es distinta, por ende, es necesario establecer a qué hora nos vamos a dormir en función de nuestras demandas laborales y ocupacionales. Se recomienda entre 7-8 horas promedio de sueño en la población adulta.
  2. Registrar las actividades que hacemos en un día. Hacer consciente cuánto tiempo nos lleva cada actividad. La tabla de rutina ocupacional puede ser de utilidad para registrar las actividades diarias y su tiempo de ejecución. Eso ayudará a establecer una buena organización y una mejor gestión del tiempo.
  3. Modificar el ambiente. Observar el espacio físico actual donde se desarrolla la actividad de descanso y sueño y realizar las modificaciones necesarias. Por ejemplo:
    1. Iluminación y sonido: Preferentemente optar por un ambiente oscuro y silencioso.
    2. Temperatura: evitar temperaturas extremas de frio o calor.
    3. Confort: mantener el espacio ordenado y en buen estado para favorecer la relajación, la comodidad y postura.
    4. Destinar el espacio de la habitación a la actividad de dormir. Evitando la participación en otras actividades como mirar la televisión, comer y desempeñar tareas de trabajo o educación.
  4. Reorganizar la rutina
    1. Aquellas actividades que demanden mayor cantidad de tiempo o que no puedan suspenderse, deberían realizarse preferentemente por la mañana.
    2. Al finalizar el día registrar por escrito las tareas pendientes y, en lo posible, establecer un horario para su ejecución.
  5. Evitar el uso de pantallas por la noche.
    1. Realizar modificaciones en el método de la tarea. Por ejemplo:
      1. utilizar reloj despertador en lugar de la alarma del celular.
      2. Establecer un horario para el cese de actividades laborales y/o educativas. Ajustar el celular en modo avión.
      3. Leer un libro físico en lugar de utilizar pantallas (tablets, celular, computadora)
  6. Preparación para el sueño:
    1. Habilitar espacios y acciones de relajación y placer, como: masajes, prender una vela, y meditar.

Derechos de autor: Melani D ‘Ambrosio

Lic. en terapia ocupacional

melanindambrosio@gmail.com

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