Abordaje integral en pediatría

Hoy: Abordaje integral en pediatría

Transiciones de la pediatría tradicional a la pediatría integrativa

¡Con gran optimismo afirmo que estamos viviendo la transición del modelo de consulta tradicional al integrativo!

Claramente cambiamos el modelo en función de los resultados, al menos eso me pasó a mí y muchos colegas con quienes tengo el gusto de intercambiar opiniones.

En estos 22 años de práctica profesional aprendí, enseñé y modelé la atención tradicional, rápida, no más de 10 minutos, o menos en algunos casos. O la clásica historia clínica de guardia, consultorio e internación, con precisión de signos, síntomas que motivan la consulta. En donde observamos una veloz anamnesis de antecedentes hereditarios, familiares y personales ( si hay tiempo, y no arde la guardia o no apura la secretaria de consultorio con la lista de pacientes que siguen). El examen físico, orientado al órgano o sistema afectado, el pedido de laboratorio o imágenes, interconsulta con especialista que segmentará aún más al paciente o su dolencia, alguna prescripción de medicamentos

(¡Que no puede faltar!, de lo contrario el paciente se va con sensación de que no me dio nada!) y seguramente la visita termina en la farmacia. Fin de la atención.

¿Qué resultados obtuvimos?

Sin duda fueron acordes a la práctica, resolvimos signos, síntomas, diagnósticos rápidos y tratamientos de igual tenor.

Medicina a la carta, decía una colega pediatra, a quien recuerdo con mucho cariño, ¿fiebre? Ibuprofeno, ¿dolor? Analgésico, ¿inflamación? Antinflamatorio, ¿acidez? Antiácido, ¿alergia? antialérgico, ¡y así podría seguir enumerando!

Por supuesto que para emergencia el modelo funcionaba. Como así también en consultas de pediatría ambulatoria también. Ahora bien, cuando la patología en cuestión requería abordaje profundo, se buscaba la interconsulta que correspondiera. Y todos los recursos y métodos complementarios de diagnóstico necesarios, intervenían servicios de salud mental o trabajo social que tanto ayudaron a acompañar pacientes más complicados. Ahora viene el pero.. siento que no era suficiente. y si los síntomas reaparecían se procedía de la misma manera, con los mismos resultados paliativos.

La profundidad era solo para aquellos casos más complicados, o recidivantes, que no encontraban solución tras pasear por distintos pasillos de consultorios médicos.

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¿Pasamos a la mejor parte?

¡Así regreso al optimismo de la transición!,

En los últimos años, y gracias a la comunicación a través de medios gráficos, redes sociales. Como también de nuevas lecturas de nuevos autores que no aprendí en la facultad, me empecé a cuestionar y mirar con mirada más empática y más profunda las consultas tanto de niños como adolescentes.

La historia clínica también cambió, al incluir contextos, gustos, dolores emocionales, miedos, frustraciones, estrés, exigencias de padres, maestros, coaches deportivos o de sus tareas adicionales como danza, bailes o coreografías para nombrar algunas.

Así es que entendí la integralidad, y cómo afecta en el cuerpo lo que se vive desde la emoción.

Cómo los niños y adolescentes también atraviesan el estrés y la auto exigencia. Cómo llevan al cuerpo lo que tantas veces no saben expresar con palabras. Así cambió mi mirada y mi atención. También así cambiaron los resultados, más recomendaciones y menos medicaciones. Más escuchas activas y menos pedidos bioquímicos, mas integralidad y menos segmentación, más empatía profesional y mejor adherencia a los tratamientos.

¿Seguimos?

Creo que me quedo algo corta con el mensaje que quería transmitir.

La atención integral está cambiando, muchos profesionales de la salud hemos cambiado para ayudar a nuestros pacientes y sus entornos.

¡Si sos de los padres que siguen tapando baches de síntomas, date la oportunidad de consultar con medico con mirada integrativa. Dale a tu hijo la oportunidad de resolver sus síntomas o signos analizándose desde la integralidad, estoy segura que te sorprenderás con los resultados!

Dra. Carolina Carabajal