Comer enojado engorda

«Cómo afectan tus emociones en el proceso digestivo»

Si sos de estar de mal humor, es mejor que controles más tu temperamento, ya que este podría ser uno de los motivos por los que no logras bajar de peso.

El aparato digestivo recibe el impacto de nuestras emociones, no solo del enojo, sino también de la angustia, ansiedad, tristeza, etc. Cuando no sabemos cómo gestionarlas, es posible que surjan algunos padecimientos como la gastritis, la colitis o colon irritable, el estreñimiento y otros.

Con respecto al enojo, existen estudios donde se observa como nuestro cuerpo, ante esta emoción, genera estrés y segrega, entre muchas otras cosas, dos hormonas: Cortisol y Adrenalina.

El Cortisol, también llamada la hormona del estrés, se produce en las glándulas suprarrenales en la parte superior de cada riñón y actúa como un neurotransmisor en nuestro cerebro, especialmente cuando enfrentamos situaciones difíciles o de alto grado de tensión.

Cuando los niveles de cortisol están balanceados nuestros órganos y sistemas funcionan en armonía. Sin embargo, cuando esta hormona se mantiene elevada puede derivar en una alteración endocrina conocida como “hipercortisolismo”, que produce efectos muy negativos en las funciones de las células de todo el cuerpo.

Algunas de las funciones en las cuales intervine el cortisol son:

  • El metabolismo de los carbohidratos, las grasas y las proteínas. O sea, que dependiendo de los niveles de cortisol es como tu cuerpo maneja el uso de todo lo que comes.
  • Regula los niveles de inflamación en tu cuerpo.
  • Controla tu presión sanguínea.
  • Equilibra los niveles de azúcar en la sangre (glucosa).
  • Eleva la energía para que puedas manejar el estrés.
  • Contribuye con la memoria y la concentración.

Un exceso de cortisol puede alterar todas las funciones anteriores.

Por otro lado la Adrenalina, es una hormona, que también, aparece como respuesta del cuerpo al estrés. Un exceso de ella puede tener consecuencias negativas para el organismo, como hipertensión, cefaleas, ansiedad, náuseas e insomnio.  

También sabemos que este tipo de emoción (enojo) se canalizan a través de la comida. Cuando nos enojamos tendemos a comer más de lo normal y en ese momento nuestra mente no procesa que estamos comiendo en exceso, haciendo que tengamos desequilibrios en nuestras ingestas.

Por esto es muy importante, que, al momento de comer, creemos un ambiente calmo, sin distracciones (pantallas, trabajo, discusiones, etc), donde podamos conectar con nosotros mismos, con nuestras sensaciones. No solo, “Comer” sino Nutrirnos.

María Mercedes Ibas

Licenciada en Nutrición (UBA)

11 64290759

IG @meme.nutricion

mercedesibas@gmail.com

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