Influencia en la conducta y socialización
El lenguaje cumple importantes funciones en nuestras vidas, por medio de él accedemos a la información del mundo que nos rodea, nos permite vincularnos socialmente, desarrollar nuestro pensamiento y regular nuestra conducta.
Los niños desde pequeños conocen el mundo a través de la experiencia directa, guiada y ordenada que tienen con los objetos y situaciones. Conforme crecen van aprendiendo que todo lo que los rodea tiene un nombre y comienzan a interactuar con el contexto, no solo ya desde la experiencia directa sino también desde el aprendizaje lingüístico. Cada intercambio comunicativo da paso a la estructuración del pensamiento. Lenguaje y pensamiento están íntimamente relacionados ya que ambos son controladores de la conducta humana. Pero ¿Qué pasa cuando el lenguaje se ve alterado? ¿Cómo impactan dichas alteraciones sobre la vida de los niños y hasta qué punto se tornan una limitación?
Los niños con TDL pueden presentar desafíos para: desarrollar la conciencia fonológica, incorporar vocabulario, comprender el lenguaje oral/escrito, incluir elementos sintácticos (pronombres, preposiciones, artículos) dentro de una oración, organizar su lenguaje al expresar ideas y establecer conversaciones, entre otros.
Los TDL suelen ser de origen y características variadas, no obstante, se evidencia científicamente que un gran porcentaje de niños con dificultades en los diferentes componentes del lenguaje (fonético-fonológico, semántico, morfo-sintáctico y pragmático) pueden presentar secundariamente alteraciones en:
Conducta emocional: como se menciona al inicio, una de las principales funciones del lenguaje es regular las emociones y la conducta. Estudios realizados en niños con problemas del comportamiento evidencian la relación entre el nivel lingüístico, el funcionamiento conductual y la autorregulación emocional. Aquellos niños con compromiso a nivel expresivo y comprensivo (TDL mixto) suelen contar con escasas habilidades para comprender la información del medio circundante y con limitados recursos verbales para generar intercambios sociales, tendiendo a aislarse, resistirse a cambios e irritarse fácilmente.
Socialización: las dificultades que tienen estos niños para regularse a través del lenguaje conllevan a que los vínculos sociales, tanto con sus pares como con adultos, se vean limitados. Esta situación podría desencadenar diversas reacciones, por ejemplo: berrinches, intolerancia a la frustración e inatención.
Por ello, siempre que nos encontremos frente a niños con problemas de lenguaje, debemos ser nosotros quienes guiemos la conversación, ayudándolos a identificar, organizar y expresar sus emociones, pudiendo así construir un desarrollo afectivo y social lo más completo posible.
Referencias:
- “Comunicación y lenguaje en la infancia”- Verónica Maggio. Ed. Paidós.
- “Problemas Emocionales en Niños con Trastornos de Lenguaje Y Comunicación” Articulo de Miguel Higuera Cancino. Lic. en fonoaudiología. Chile
María Mathey Doret
Lic. en Fonoaudiología
marirosmd@hotmail.com
@marulafono
fuente imagen: Terapia del lenguaje
