“Somos Historias”, Hoy Daniela Friedrich

Mi nombre es Daniela Friedrich, creadora de Mamabaristas,  tengo 33 años y soy mama de Lorenzo de dos años y nueve meses.

Mamabaristas nace hace ya más de dos años, con mi puerperio a flor de piel, con el cuerpo lleno de preguntas y con la necesidad urgente de un grupo de contención.

Siempre fui del papel, soy una convencida de que poner en palabras lo que nos pasa es un buen primer paso. Lectora de otros espacios donde compartían experiencias de maternidad, comencé a contar la mía en primera persona.

Tenia que haber otras malabaristas (de aquí el nombre del blog) que tuviesen ganas de leer lo que yo tenia para decir, tenia que haber otras mamas que empaticen con el coctel de sentimientos que se me enredaba en la garganta.

Nació así una red de contención, un abrazo de desahogo, oídos abiertos a la escucha y un grupo de mujeres que amortiguo mi angustia. Una tribu que visibilizaba las sombras de la maternidad, que pedían permiso para la queja, que se sostenía la mano.

Tolerancia, comprensión y mimos fueron las bases de mi casa, mi espacio. En un momento de mi vida donde andaba con el corazón en la mano; fue una gran compañía en mis incontables horas de libre demanda de teta.

Claro que las redes siempre tienen su lado oscuro, exponer tu forma de maternar también hacia que otras mamas no se sientan identificadas. Porque hay madres como formas de maternar y cada una lleva como puede su propia revolución. Y aunque siempre hay excepciones, con respeto podemos decir cualquier cosa y es esto lo que nos abre lugar al dialogo y aprendizaje.

Aprendí mucho de otras mamas, empecé a entender que en la maternidad hay días que rondan en los tonos celestes y eso también esta bien; que estaba permitido llorar y atravesar miedos. Que desromantizar la maternidad nos aliviaba. Que dar la teta podía ser lo más maravilloso que me había pasado en la vida y lo más abrumador a la vez. Que la demanda pesa, que podía estar con mi hijo y sentirme sola, que un amor tan inmenso también traía consigo millones de miedos. Que podes reírte de los malabares del post operatorio de la episiotomía y del sexo posparto.

Siempre fui inquieta, realizo actividad física desde muy chiquita, cuando el blog fue creciendo tuve ganas de contarles de mi pasión, de contagiarlas. La tribu me preguntaba ¿como hacia? ¿En que momento lo hacia? ¿De donde sacaba la fuerza?

Así me convertí en una apasionada de comunicar movimiento y hábitos saludables. De llenarlas de los beneficios de la actividad física en la salud.

El problema no era el tiempo, el problema eran las ganas; ganas de recuperar un tiempito para nosotras. Descubrí como esto repercutía en la crianza de nuestros hijos, porque siempre termina siendo, mas importante lo que hacemos que lo que les decimos que hagan.

Mi hijo me ve hacer ejercicio y me imita, me dice “mama entrenando”.  Mi hijo me ve haciendo algo por y para mi salud y propio bienestar.

Empecé, entonces a compartirles rutinas cortitas para hacerse un ratito en casa, con los niños revoloteando y con elementos de casa. Y sobre todo a invitarlas a que se dediquen un momento haciendo lo que sea que les haga bien, pero lejos del rol de mama. 

A los 8 meses de Lorenzo regrese a mi trabajo de hacia 10 años en una entidad bancaria y experimente la hostilidad del mundo laboral y las madres en primera persona. A los cinco meses después de dejar a mí bebe en un jardín de infantes, con su adaptación (y la mía) y el enorme esfuerzo para sostener la lactancia: me invitaron a retirarme. 

Una vez más Mamabaristas amortiguo el golpe, alce a voz y recibí muchos abrazos. No estaba sola: sangramos derechos atropellados y arrebatados. Esta en una herida que todavía cuesta sanar, me consuela atesorar la lenta (pero firme) desnaturalización.

Repasar el huracán por el que paso este blog, es un poco el huracán por el que paso mi propia maternidad.

Creo que si Mamabaristas tuviese un manifiesto (si no es que a partir de hoy lo tiene) diría más o menos asi:

Mamabaristas invita a la caricia entre mamas, al abrazo colectivo y el aprendizaje cooperativo. 

Fomentamos la crianza con amor y respeto, porque amar nunca es malcriar. Abrazamos el tiempo de calidad con nuestros hijos, y con nosotras mismas.

Creemos en el inmenso poder femenino.

Cuidamos nuestro bienestar para cuidar el de nuestros hijos desde la construcción de habitos saludables.

Creemos en las infinitas formas de maternar y en el abrazo que no juzga. 

Mamabaristas es desnaturalización y deconstrucción.

Somos mamás creando revolución, somos mamás creando nuevas formas de maternar.

Daniela Friedrich

@Mamabaristas

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