¿Qué está pasando con la educación?

Hoy: ¿Qué está pasando con la educación?

En estos últimos tiempos observando la escolaridad, estamos viendo severas dificultades entre los estudiantes para relacionarse con el aprendizaje. Especialmente en lo relativo al razonamiento, al pensamiento crítico. Titulamos a esta nota: ¿Qué está pasando con la educación?

Pareciera resultarles bastante difícil especialmente cuando el material no es digital, cuando implica tener que leer algún texto. Ocurre que se resisten, que buscan excusas. Las familias no saben cómo ayudarlos, y surgen en las casas momentos de malestar, tensas situaciones que no siempre terminan de la mejor manera.

En la escuela aparecen también dificultades en los vínculos, algunas situaciones de bullying. O de discordias por motivos diversos en los distintos niveles educativos, puede ser entre estudiantes o entre ellos/as y sus docentes o directivos.

Desde luego la escuela es la caja de resonancia de lo social, por lo que muchas de las situaciones que aparecen en el ámbito escolar, son réplicas de lo que ocurre en la familia, en el barrio, en la sociedad en general.

¿Y qué se puede hacer?

Algo que comprobamos en el aislamiento por la pandemia es que nos necesitamos, por lo tanto, la escuela debiera ser el lugar donde se generen la solidaridad, la cooperación. Y en donde cada cual sepa que puede ser contenido, ayudado y que además todos somos capaces de ayudar a otros.

Dentro de la escuela la figura necesaria es el docente, a quien podríamos presentar como líder. Un animador que estimula a sus alumnos a que abran las alas y comiencen a volar. A que sientan confianza para acercarse al conocimiento. A que se animen a preguntar, a mostrar sus dudas, sus dificultades escolares y extraescolares. Como así a también reconocer las propias habilidades.

En este Siglo XXI, la tecnología ha avanzado vertiginosamente y en algunos casos puede utilizarse en el trabajo escolar. Pero como nos ha dicho Francesco Tonucci la tecnología no reemplaza al maestro.

Porque el trabajo docente implica ir generando misterios a descubrir, lo que posibilitará que el alumnado tenga deseos por aprender. Su liderazgo debiera tener como característica la flexibilidad, no el dogmatismo.

Además, aparecerá su estilo aquello que lo distingue, las marcas que le son propia, porque como muchas veces se ha dicho enseñar no es sólo transmitir lo que uno sabe, sino también lo que uno es.

El educar tiene que ver con la actitud de estar disponible a la escucha, a las necesidades del otro, a propiciar el intercambio, el diálogo, porque el aprendizaje es dialógico y creativo.
Los actuales son momentos en los que resultará muy necesario revisar lo relativo a la ética, a los valores, al valor de la palabra, dentro y fuera de la escuela. Que haya coherencia entre los dichos y los hechos.

Todo lo dicho resulta complejo, la actividad docente en este Siglo XXI no es sencilla. Sabemos que no hay recetas, pero sí hay herramientas, por ejemplo una escucha abierta, sin prejuicios, una mirada bien predispuesta. Generar confianza, que la escuela sea un ámbito confiable. Y también favorecer un intercambio con las familias, que pueda haber reciprocidad entre todos los adultos de los que dependen los estudiantes.

Silvia Oballe

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