Orientación Vocacional: ¿Está hecha de tests?

Muchas veces las familias manifiestan que sus hijos necesitan “un test “de Orientación Vocacional. Es ahí cuando les explico que no nos limitamos a tomar estas pruebas ya que decidir es un proceso, un recorrido propio que implica un enfoque mucho más amplio y completo. Titulamos a esta nota: Orientación Vocacional: ¿Está hecha de tests?.

A finales del Siglo XIX la psicología comenzó a desarrollarse como una disciplina científica separada de la filosofía. Los científicos estaban interesados en comprender los procesos mentales y emocionales de manera más estricta, lo que los llevó a los métodos de medición objetiva o tests. Estos surgieron históricamente como una respuesta a la creciente necesidad de medir los aspectos mentales, cognitivos y emocionales.

Los seres humanos somos extremadamente complejos. Los tests pueden ser herramientas útiles pero no suficientes, responden a una simplificación de las personas.

Existen varias razones que explican por qué no se puede reducir la Orientación Vocacional a tests:

Cada persona es única, con diferentes intereses, habilidades, valores, formas de conocer y personalidad.
Para posibilitar una elección adecuada y viable, durante el proceso de Orientación Vocacional se consideran también la experiencia previa, las circunstancias personales y el entorno socio-económico.
El proceso orientativo ayuda a las personas a conocerse a sí mismas. Esto va más allá de lo que los tests pueden proporcionar y requiere de una experiencia más interactiva y reflexiva.
Implica una exploración activa de las opciones de carreras, que incluye investigar roles, trayectorias y contacto con profesionales del campo.
Orienta a pensar el tipo de persona que se quiere ser y el estilo de vida preferido a futuro.
Se trata de elegir una carrera que no solo se ajuste a la situación actual, sino que ofrezca oportunidades de crecimiento a lo largo del tiempo.

Más sobre: Orientación Vocacional: ¿Está hecha de tests?