Mujeres que batallan y ganan

Hace dos años recibí un mensaje privado de Paula.

Pensé que era uno de los tantos mensajes que recibo y que intento contestar a medida que me voy desocupando.

Pero era un mensaje diferente.

Paula me estaba hablando de su enfermedad: Cáncer de mamas.

Me estaba pidiendo fotos de sus cicatrices (además tenía un doble reemplazo de cadera).

Fue fuerte. Estuve varios minutos, leyéndola y releyéndola.

Intentando entender qué era exactamente lo que necesitaba.

Quise conocerla y planificamos un encuentro. Algunos meses después, post quimioterapia, nos conocimos.

Me encontré con un torbellino de vida.

Una MUJER con ovarios extra large.

Con una historia de vida intensa y un presente que no se la hace fácil, pero está rodeada del amor de toda una familia que la contiene y a la que ella contiene y mucho.

Tuvimos una charla, mate mediante, que iba de lo profundo a lo desopilante en milésimas de segundos.

Nudo en la garganta, lágrimas, carcajadas…todo junto.

Las dos en ojotas, las dos distendidas, las dos sabiendo que ahí estábamos.

Yo para hacer de sus cicatrices dignos retratos de batallas ganadas y ella para ponerme a mí en eje de un hondazo (tanto enrosque por pequeñeces cotidianas…)

Porque es Madre. Porque es bella. Porque, dos años después, la sigue peleando.

Porque sonríe con todas sus fuerzas. Porque cuando la vida la puso entre la espada y la pared salió con todo y le mostró los dientes

Y le ganó. Y le va a seguir ganando. “Esta foto la voy a colgar en el living de casa.

Si gano esta batalla, quiero que mis hijos vean que gané y si la pierdo, quiero que mis hijos vean que luché” me dijo y yo hice hice click sabiendo que esa batalla ya estaba ganada.
¡Ese día entendí mi propósito! Conservar la historia de las personas que llegan a mí.

Ver la vida en vivo y en directo y capturar ese momento para siempre, para ellos y para su descendencia.

Dejar salir esa voz interna que empuja con fuerza y se encuentra con la suya.

Dejarme sorprender y conmover y dejar un pedacito de mi alma en cada foto, eso es para mí ser fotógrafa.

Ser la guardiana de los recuerdos de las personas.
Soy una convencida de que las fotos van tomando valor a medida que el tiempo pasa.

El valor de una fotografía con alguien que ya no está, o en algún lugar al que pertenecimos y nunca pudimos regresar, o el valor de una foto de nuestra niñez, la lista es interminable.
Mi pasión es capturar para siempre un momento que sabemos que, de la única manera que volverá, será a través de una imagen.

Esa imagen disparará todo tipo de recuerdos, ese es mi propósito, ese es mi regalo a futuro, conectar a las personas con sus recuerdos.
¿Sabes cuál es mi mayor premio?

Cuando los veo llegar de la mano de tus hijos sabiendo que están a punto de vivir un momento en familia que ya no volverá pero que, juntos, lo vamos a guardar entre sus más preciados tesoros.

Cuando recibo una foto de sus livings o dormitorios o comedores con esas fotos convertidas en murales.

Cuando veo lagrimear a las embarazadas mientras acarician su pancita mientras yo las espero, detrás de mi lente (y lagrimeo también).

Cuando ponen en mis manos a sus bebés recién nacidos con sus ojos de llenos de amor y de confianza para que yo pueda retratar ese momento de magia.
Esos son mis momentos de gloria.

Ahí es donde siento que todo vale la pena, mejor dicho, donde todo vale la alegría que me produce hacer lo que amo para ellos. 

Fernanda Terpolilli

Fotógrafa Infantil

ferfotoinfantil@hotmail.com

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2 comentarios sobre «Mujeres que batallan y ganan»

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