Movimiento libre y desarrollo psicomotor

La psicomotricidad es una disciplina que trabaja con el cuerpo en su globalidad, tomando al niño no solo desde su equipamiento biológico, sino también desde su construcción social, vincular y emocional. La psicomotricidad influye en el desarrollo intelectual, afectivo y social, permite que el niño domine su movimiento corporal, mejora la memoria, atención y concentración y facilita que el niño conozca y afronte sus miedos.
El desarrollo psicomotor del niño comienza de manera refleja – un acto involuntario- para luego convertirse en un acto voluntario, dicho desarrollo constituye un aspecto evolutivo del ser humano. Los movimientos nacen desde el eje central para ir dominando poco a poco los brazos y piernas, esta progresiva adquisición de habilidades, conocimientos y experiencias en el niño dependerá de su dotación genética, su nivel de maduración, y el aprendizaje en el momento oportuno que será facilitado por el entorno adecuado. 
El desarrollo es un proceso de transformaciones internas dentro del niño para satisfacer progresivamente sus necesidades mediante el intercambio con el medio.
El desarrollo psicomotor es inevitable, pero además, es propio de cada niño, con sus ritmos, sus tiempos, sus altas y sus bajas.
Para la Psicomotricidad existen 4 – cuatro- organizadores del desarrollo fundamentales para la vida y la construcción del niño.
La constitución del apego que el niño desarrollara con el otro, a través de los modos de ser sostenido y manipulado, conforman el primer organizador. El contacto suave, el olor de la piel, el movimiento rítmico del cuerpo, la mirada y la voz provocan en el niño sentimientos de seguridad y confianza.
La seguridad que desarrolle el niño lo habilitará a construir conductas exploratorias para conectarse y aprehender sobre el mundo externo. Para que la exploración se ubique como organizador, es necesario que cuente con figuras de apego reales que neutralicen el exceso de emoción, temor, ansiedad que surgen ante la exploración.
El tercer organizador es la comunicación, o matriz comunicacional, donde el adulto otorga significaciones a las señales corporales del niño. A partir del gesto, la actitud o las modificaciones tónico-posturales del niño el adulto pone palabras creando una mutualidad en el vínculo.
Por último, pero no menos importante, está el equilibrio – estático y dinámico. La búsqueda, el mantenimiento y lucha contra las posibilidad de perder el equilibrio conforman la trama en la que se construye toda postura y movimiento para organizar la acción del niño sobre el mundo.
El acceso del niño, desde temprana edad, al movimiento libre fomenta la autonomía en el proceso de aprendizaje motor, cognitivo y emocional. Para que se desarrolle oportunamente el movimiento libre es preciso que el adulto constituya y habilite un entorno adecuado, no solo en la nobleza del espacio (suelo con temperatura ambiente o piso de goma eva, lo importante es que sea una superficie rígida y cómoda) sino también en relación a las conductas de apego que le brindaran seguridad al niño para inaugurar un espacio de exploración.
Como siempre es importante respetar los ritmos y momentos del desarrollo psicomotor de los niños, eviten acelerar procesos que los lleven a sentir frustración.
Cada niño tiene la posibilidad de ser y hacer en su ambiente, solo necesita el afecto y la confianza del otro que crea en él.

Psicomotricista Mica Pes.

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