Los vínculos y sus vibras

A pesar de que muchas veces no nos demos cuenta, nos creamos fuertes o invencibles, el entorno el cual nos rodea nos influye. Siempre queda en nosotros qué tanto nos influya, pero siempre termina haciéndolo. Titulamos a esta nota: Los vínculos y sus vibras

Las personas a las que escuchamos, que nos aconsejan, que nos escuchan, "vibran". Esas vibras pueden ser buenas, malas, o nulas. Y nos afectan, seamos conscientes o no.

¿Por qué cuando estamos con determinadas personas nos sentimos felices, muy cómodos? En cambio cuando estamos con otras nos sentimos incómodos, inhibidos o sin energía? .

Quizás esas personas con las cuales no estamos cómodos no están en la misma sintonía que nosotros, estamos en otra diferente, y, no van a vibrar al igual que nosotros.

Cuando estamos ante un vínculo con una persona que nos genera “mala vibra”, tal vez lo justificamos al considerar que la vamos a ayudar para mejor, o que nosotros le hacemos un bien. Pero recordemos que nos termina perjudicando. 

Si tenemos un vínculo con una persona “mala vibra” primero deberíamos registrarlo. Es decir, notar que se trata de una persona tóxica o que algo malo raro me pasa cuando me vinculo con ella. Lo cual no es simple porque cuando estamos en estos vínculos solemos naturalizar sus actitudes tóxicas, nos acostumbramos a ellas, y hasta las podemos justificar. 

Segundo, aceptarlo. Una vez que vamos abriendo los ojos y vemos esas actitudes que antes no entendíamos de forma clara, el siguiente paso es aceptar que estamos en un vínculo que no nos hace tan bien. 

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Es clave en estos momentos nuestra seguridad en asumir que no es sano para nosotros ya que nuestros pensamientos pueden confundirnos y podemos sobre pensar demasiado en algo que, quizás, es obvio. 

Tercero, pudiendo ser la parte más compleja, el accionar. Decidir qué hacer respecto a este vínculo que no nos hace bien. Podemos comenzar a poner límites para ver qué sucede, a expresar todo lo que pensamos, o, directamente alejarnos. Lo cual dependerá de qué lugar nos da la otra persona y qué tanto reflexiona. 

Si tomamos finalmente la decisión de distanciarnos vamos a notar ese gran alivio. Vamos a estar parados desde otro lugar y a entender todo lo que no entendíamos antes, esas sensaciones extrañas y feas que teníamos desaparecen, ese sobrepensar y no confiar en nosotros mismos también disminuye. Y, tal vez, hasta pensemos cómo no nos dimos cuenta antes. 

La clave está en valorar la importancia de la elección de nuestro entorno más íntimo, porque la vibra de éste nos afectará. Cuando se trate de un entorno “buena vibra” va a actuar como un motor de alegría y de motivación en nuestras vidas, a aconsejar pero no a juzgar, a ponerse felices por nuestros logros y a estar cuando sea necesario. 

Pero, también muchas veces no podemos tener el control de todos nuestros vínculos, y ahí es clave tener en cuenta sus vibras para estar seguros de cómo somos nosotros sin que éstos nos afecten. 

Para finalizar, no se trata de echar culpas a otras personas, sino entender las diferencias, haciéndonos responsables de nuestras decisiones y elecciones.

Milagros Fanuele

Licenciada en Psicología

fanuelemilagros@gmail.com

Fuente imagen: https://diariohoy.net/

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