Leer cuentos que los niños conocen de memoria

En los primeros años de vida, los niños a menudo desarrollan un amor por ciertos libros y cuentos que llegan a conocer de memoria. Es así como, generalmente, a la hora de elegir un libro, suelen pedirnos que les leamos el mismo una y otra vez. Este fenómeno desempeña un papel crucial en el desarrollo cognitivo y emocional de los niños. En esta nota se pretende explorar y explicar la importancia de leer repetidamente esos libros que los niños ya se saben de memoria. Titulamos a esta nota: Leer cuentos que los niños conocen de memoria.

La repetición de historias crea un sentido de familiaridad y seguridad para los niños, construyendo un fuerte vínculo emocional con la lectura.

De igual manera, poder leer libros conocidos permite a los niños anticipar palabras y frases, contribuyendo a la expansión de su vocabulario. Esa repetición facilita la comprensión de la estructura narrativa y la secuencia de eventos. Al recordar las palabras y las imágenes de memoria, los niños ejercitan su capacidad de memoria y retención, al mismo tiempo que fomentan la imaginación y la capacidad de visualización, elementos esenciales para el desarrollo cognitivo.

Al recitar los cuentos, los niños se convierten en participantes activos, fortaleciendo su confianza y autonomía. Pero, además, compartir estas historias también puede fomentar habilidades sociales al facilitar la interacción y la comunicación entre los adultos y los niños.

Pero, además, leer un cuento que se saben de memoria, beneficia el aprendizaje de la lectura y la escritura.

Cuando observamos a un niño que aún no se encuentra alfabetizado, leer un cuento que se sabe de memoria, observamos que ha aprendido cuestiones ligadas al lenguaje escrito. Por ejemplo: sabe que ese conjunto de palabras dice algo y que eso se puede leer, sabe que la escritura tiene una linealidad, por lo que puede recorrer con su dedo aquello que lee y pasar las hojas a medida que va contando. Así como puede comprender que las ilustraciones guardan relación con el texto, por lo tanto, las utiliza para guiarse y recordar la secuencia.

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Para todo ello, es fundamental poder compartir momentos de lectura con los niños: leerles cuentos, que observen cómo se lee, cómo se sostiene un libro, qué postura se adopta, la entonación y fluidez al leer. Y, además, permitirles tocar, explorar y conocer sus libros, hojearlos, mirarlos y leer.

Entonces, al leer libros y cuentos que los niños conocen de memoria, no solo estamos compartiendo historias, sino que estamos construyendo puentes hacia su desarrollo integral. La repetición no solo es bienvenida, sino esencial, ya que contribuye de manera significativa a su crecimiento emocional, cognitivo y social.

Los invito a continuar leyendo esos libros que sus niños piden y disfrutan de conocer de memoria.

Lic. Micaela Colombo