Hoy, otra vez, la vida me da batalla…

Hoy otra vez la vida me pone el mundo al revés, me lo da vuelta en un segundo como hace 10 años atrás.

En un instante todo se desmorona, todo se opaca, y la vida te da una patada tan fuerte que cuesta el levantarse.

Hace 10 años, una dura enfermedad se cruzo en mi vida, le hice frente, la batalle como una gran guerrera, y él, quien la padeció, la enfrento de una manera indescriptible, aun así con todo lo mencionado, esta maldita enfermedad, me arranco a una de las personas mas importantes en mi vida.

Nunca pude entenderlo, porque comprendí que no hay respuestas a muchas preguntas, pero pude aceptar, amigarme o quizá aliarme un poco, con la inmensa ayuda del “tiempo”, al dolor.

Ese dolor que te quema viva, que pareciera consumirte, pero que aun así, la fuerzas salen y se logra salir adelante.

Con el tiempo aprendí que la vida es fugaz, que es tan finita, que vale tanto y es tan corta, que la desperdiciamos sin darnos cuenta, tantas veces, que nos quejamos de tantas faltas innecesarias, de tantos dolores que luego pasan a ser invisibles, que nos enojamos, nos llenamos de broncas, nos callamos tantas cosas, guardamos en nuestro cuerpo tanto dolor, como si nuestro envase fuera eterno, y pudiese soportarlo, y luego que sucede? Pasa factura y en el mejor de los casos nos da señales, con algún síntoma.

Hoy otra vez, con estas causalidades de la vida, inexplicables de la existencia humana, la misma enfermedad, con el mismo nombre y apellido, se me cruza por la espalda, me toca muy de cerca, me pasa por al lado, me mira, la miro, le grito, se queda callada, otra vez tiene algo para decirme??

Esta vez con otra persona, muy cercana a mi.

El dolor del recuerdo, del revivir aquella vivencia de hace 10 años, aquella pérdida que aunque este mas cerrada, siempre dolerá, jamas se olvidara, hoy, vuelve habitarme.

Lloro, grito, me pregunto, le pregunto, me enojo, me amigo, pido, rezo, no entiendo, me siento muy chiquitita, muy impotente y me pongo a pensar en cuanto aun me queda y nos queda por entender realmente, si es que esto es posible (tengo mis dudas), del valor de la vida, de lo efímera que puede ser, de la importante del instante, del presente, de las pequeñas cosas, que pasan tantas veces por alto, cuanto aun nos falta.

Miro a mi hijo, lo abrazo fuerte, respiro junto a el, le digo que lo amo y trato de otra vez darle batalla a lo que la vida me presente, pero esta vez con vos, y acompañada me siento mucho mas inmensa.

Clr. Valeria Bronstain

Consultora Psicologica

Maternidad, Crianza, Puerperio

Grupos de embarazo

valeria8126@gmail.com

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