Jugar, no solo es cosa de niños

Jugar, no solo es cosa de niños

El juego es una fuente de estimulación tanto para el cerebro como para el cuerpo, tanto para niños como para adultos. Es una forma segura y divertida de desarrollar la imaginación, la creatividad, el ingenio y la capacidad para resolver conflictos. A menudo los adultos nos olvidamos de los beneficios del juego, no le prestamos atención porque tenemos “muchas otras cosas que hacer”. Pero jugar no es un lujo ni algo exclusivo para niños, es una actividad importante para nuestra salud física y mental. Nos enseña cómo gestionar y transformar nuestras emociones y experiencias negativas, potencia el aprendizaje, ayuda a aliviar el estrés y nos conecta con los demás, con el mundo que nos rodea y con el niño interior que cada uno llevamos dentro.

Desde mi experiencia en el mundo empresarial, el juego permite que las personas trabajen en equipo, resuelvan problemas y conflictos, mejoren la comunicación, planteen sus ideas y ayuda a que la jornada laboral sea más productiva y placentera. Además, observando el jugar, es posible enumerar fortalezas y debilidades, comportamientos y actitudes de las personas sin necesidad que ellos hablen o cuenten como son, sólo observando.

Encontramos más información o es más común leer sobre los beneficios de los juegos en los niños pero… ¿y los adultos qué? Se aplican los mismos beneficios, los “grandes” también necesitan mantener y entrenar su salud física, mental, emocional y cognitiva. Entonces, los beneficios de jugar para los adultos son:

Conexión: Cuando compartimos nuestros juegos con otros estamos compartiendo la alegría, la risa y la diversión. Esto promueve la unión con los demás y refuerza el sentido de comunidad.

Desarrollo de habilidades: es posible desarrollar y aprender habilidades como: empatía, compasión, confianza, resolución de conflictos, creatividad, ingenio, comunicación efectiva, perseverancia, entre otras más.

Adaptación: nos permite aprender y salir de nuestra zona de confort, hacer simulaciones y aprender de los errores (algo que en la mayoría de los adultos es tan difícil de sobrellevar y cargado de emociones negativas).

Salud mental: jugar es un antídoto contra la soledad, el aislamiento, la ansiedad, la depresión y el stress. Cuando se juega con ganas y con energía aparece una mezcla de endorfinas que eleva el espíritu y distrae del dolor, del miedo y otras cargas físicas y emocionales.

Salud emocional: detectar, gestionar y tramitar emociones, inclusive describir que nos sucede a través de juegos. Algunas terapias y profesionales incluyen los juegos en sus sesiones ya que a través de ellos, se puede observar en transparencia y con rapidez lo que le sucede a la persona, sin necesidad de que ésta lo ponga en palabras.

Salud cognitiva: entrenar nuestra memoria, atención, razonamiento, percepción y velocidad de respuesta nos permite establecer nuevos circuitos neuronales y fortalecer conexiones sinápticas entre las neuronas. Punto sumamente importante en adultos mayores.

Jugar nos permite reír, divertirnos, relajarnos, observar las cosas dese otro lugar, resolver conflictos, compartir con familia y amigos…. los beneficios son muchos e impactan de manera positiva en todas las edades de los jugadores. Jugar, no solo es cosa de niños. Adultos a Jugar!!!!!

Corina Celeste Alfonso

Coach Ontológico Profesional Coach Personal y Organizacional

Conversaciones individuales y/o grupales

Sesiones virtuales con actividades lúdicas

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