Durante los dos primeros de vida el niño y la niña “piensan haciendo cosas”. Es decir actúan. Lo que percibe de los demás y de sí mismo son las acciones y los resultados de las mismas. A través de sus movimientos explora y comprende el entorno.
Por ellos, el movimiento libre es de gran importancia en el crecimiento saludable y es un factor clave para el desarrollo general de la niñez. Por medio del movimiento, desarrollarán su capacidad para pensar y su comunicación al interactuar con el mundo que los rodea. Este movimiento también promueve la confianza en sí mismos y con ello su mayor autoestima. Los pequeños/as usan su cuerpo para comunicarse y resolver problemas. Y, lo más importante, a través del movimiento tendrá un vínculo más estrecho con el adulto significativo.
La expresión corporal también entra en juego, ya que aprender el lenguaje corporal y descubrir a través del juego, su cuerpo y el de los otros, enriquecerá el sentido del movimiento y el conocimiento propioceptivo. Los niños y niñas vivenciarán las posibilidades de este lenguaje a través de la exploración sensible de su cuerpo y de la producción de mensajes, comunicando sus estados de ánimo, sensaciones, descubriendo y construyendo capacidades estéticas y habilidades perceptivas con sensibilidad y creatividad. Se trabajan y estimularán las distintas maneras de moverse, con distintas calidades y a través de la música, con objetos como telas, lanas, pompones, cintas, bloques, circuitos…. Y de igual forma se acercarán a las danzas, y a las rondas.
Les podemos ofrecer una ventana al mundo del sensación, la acción, y el sentido al movimiento del propio cuerpo.
Eliana waichman
Psicopedagoga
Coordinadora pedagógica infantil
Orientadora familiar en temas de crianza.
@crianzaenronda
Fuente imagen: ajuntament.barcelona.cat