En este nuevo artículo que escribo sobre el desarrollo en la infancia haré un recorrido sobre lo esperable y cómo podemos acompañar a nuestros/as hijos/as desde los 9 a 12 meses de vida.
Dentro de este período comienza a involucrarse todo el cuerpo de los/as niños/as en sus acciones. Sus partes más distales entran en juego, como la coordinación de la pinza con sus deditos. Pueden empezar a arrastrarse y/o a gatear.
Tengan en cuenta que hay varios formas en que puede hacerlo, y no necesariamente todos los/as niños/as gatean. Relacionado a su lenguaje y comunicación, pueden aparecer algunas palabras como mamá, papá o aquellas que son más de uso diario en la familia. Realizan gestos intencionados, imitan sonidos de animales, responden a su nombre.
Para seguir incentivando el habla les recomiendo leer cuentos cortos con imágenes, cantar canciones, jugar con títeres. Ahora es cuando logran reconocerse en el espejo, así que pueden incorporarlos a sus juegos (siempre con responsabilidad en su uso).
Comprenden el NO, por ese motivo es conveniente utilizarlo cuando realmente es un no. De esta manera empiezan a entender que es lo que no pueden hacer, a reconocer ciertos límites.
Es importante que el “no” vaya acompañado de la palabra, de la explicación. Las praxias se asoman, utilizan los objetos de manera correcta como por ejemplo el peine para peinarse. Al comenzar a desplazarse por sí mismo hay una conquista del espacio, de descubrir nuevos objetos y nuevas habilidades. Por eso sigue siendo fundamental el movimiento libre y los pies descalzos.
Llegando a los 12 meses puede ponerse de pie por sí mismo y mantenerse parado/a solito/a por unos segundos o tomándose de los objetos. Para esta etapa los juegos con cajas son muy divertidos, pasearlos dentro, apilarlas y tirarlas, si se dan maña convertirla en algún juego de encastre, esconder cosas adentro debiendo sacarlas, armar túneles y casas.
Nos aproximamos al primer año de vida, ¿Cuánto crecieron, cuanto aprendieron, cómo pasó tan rápido el tiempo? Parece que fue ayer que estaba dentro mi cuerpo y hoy nos miramos a los ojos, jugamos, nos comunicamos, nos abrazamos.
Cuando nos detenemos a observarlos/as nos damos cuenta de todo lo que evolucionaron y en ese preciso instante descubrimos junto a nuestros/as hijos/as que todo lleva su tiempo, el desarrollo implica maduración, experiencias, vivencias y de nosotros como mapadres para guiarlos/as y acompañarlos/as en la vida.
Fiorella Natale
@talleresdepmt
tallerespsicomotricidadpmt.gmail.com
Fuente imagen: Babysitio
