Efecto colateral: apoderarse de la cocina, en cuarentena por COVID-19

Cuando todo pase, ¿habremos descubierto lo terapéutico y poderoso de cocinar?
Cómo nos entrega las riendas de nuestra alimentación, cuán fácil puede llegar a ser.
Cómo se puede comprar organizado, consciente e intentando ahorrar.
Cuántos emprendedores nos acercan comida, y otras cosas, a la mismísima puerta de nuestro hogar.

¿Habremos aprendido algo de soberanía alimentaria y ultraprocesados?
¿Habremos entendido un poco de qué nos hablaban todas esas “cuentas locas” de las redes (como la mía)?
Sería genial.

Porque la realidad es que esta crisis no es nueva, está vinculada a nuestros hábitos de consumo, producción y comercio, es tan global como la industria.
Hoy muchos de los más expuestos a los efectos de la enfermedad son quienes padecen comorbilidades, gran parte de ellas relacionadas a la alimentación de manera directa e indirecta.
Se estudia incluso la influencia de la microbiota.

Entre la escasez de levadura y los mil y un videos de masa madre, una práctica casi milenaria.
Entre el rebuscarse con los ingredientes disponibles, para salir lo mínimo e indispensable, y comprar de manera medida.
Ojalá hayamos descubierto que se podía, que teníamos el privilegio y el poder de alimentarnos mejor y a consciencia, y no lo usábamos.

Y lamentablemente no todos lo están pasando tan fácil, porque aún antes estaban en situación de riesgo, porque aún antes sus privilegios eran otros o inexistentes.

Decíamos que no cambiábamos porque no teníamos tiempo, porque la vida corre, porque teníamos que hacer mil cosas a la vez.

Y tal vez descubramos que, aún así, cocinando, planificando y trabajando, teníamos tiempo de ver series y memes.

Natalia Rimondino
(Asesora BLW, Lactancia materna y crianza respetuosa.
Doula. Cocina consciente)
@naty.crianzasur

Fuente imagen: Silviafloresmx

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