Tecnoestrés en Adolescentes
¿Cómo la tecnología puede pasar de ser una herramienta útil a causar daño en la psiquis y en la vida de un adolescente? Titulamos a esta nota: Tecnoestrés en Adolescentes
Así como el Estrés y la Ansiedad son dos caras de la misma moneda, tecnología/uso de dispositivos tecnológicos y adolescentes también lo son.
Es sabido que el uso de pantallas eleva los niveles de ansiedad, dado que la vida virtual se trata del “TODO YA”, es decir, lo que quiero, lo quiero ahora y lo obtengo: La inmediatez.
Los recursos, por lo tanto, de espera y paciencia, se ven seriamente afectados y en muchos adolescentes ya casi no se ejercitan.
Adolescer es estar en proceso de formación y justamente en este proceso son cruciales y determinantes los factores que intervienen o no en él.
En este proceso del adolescer actual pareciera que la espera se volvió un concepto negativo y generador de ansiedad. Cuando justamente es aprendiendo a esperar cuando dominamos nuestro carácter y evitamos caer en los síntomas derivados de la ansiedad.
El uso prolongado de pantallas además de sus efectos a nivel físico (vista, postura, etc) contribuye al aislamiento.
Cuando hablamos de aislamiento y pantallas, el uso de estas últimas alcanzó su máxima expresión en plena pandemia. Sobre todo en este grupo etáreo y la situación en muchos casos no se ha terminado, sino que fue más allá tornándose este uso desmedido en algo cotidiano y normal en la vida de los chicos.
Muchos adolescentes se acostumbraron a pasar casi todo el día frente a sus pantallas.
Es decir, que aislamiento social y pantallas también son dos cuestiones que van de la mano. Cuanto más aislados están, más horas permanecen frente a una pantalla y a su vez, cuanto más tiempo pasan frente a la pantalla más se aíslan del mundo que los rodea.
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Cabe destacar que lo que se ve en Redes no es la realidad completa, es sólo un pequeño recorte de la misma, por lo general en sus aspectos más positivos.
Ahora pensemos en todos estos conceptos juntos: ansiedad-pantallas-aislamiento-estrés- adolescentes. ¿Qué se está generando con todo ésto?
- Fobias, sobre todo fobias sociales.
- Trastorno de Pánico.
- Hiperactividad.
- Nerviosismo.
- Problemas de Autoestima (Asociar su Valor a la cantidad de Likes o de Seguidores en Redes)
- Trastorno de los Ritmos Circadianos (Se duerme de día, se vive de noche)
- Insomnio.
- Problemas de atención, concentración y memoria. Lo cual deriva lógicamente en dificultades para estudiar.
- Problemas para identificar, gestionar y expresar sus emociones.
En definitiva, se incrementan trastornos como resultado de que, en la balanza de muchos adolescentes pareciera haber mucha más vida virtual que real. Y ahí está el problema: en la justa medida de las cosas.
La tecnología es una herramienta muy útil cuando es usada del modo adecuado pero en exceso se vuelve nociva.
Cuando la familia lo detecta es fundamental empezar a tomar medidas para trabajar la situación, medidas que reduzcan el uso de tecnología y aumenten otras actividades no vinculadas con el área virtual.
Estas medidas o estrategias deberán ser impulsadas no sólo desde la palabra del adulto sino también desde su ejemplo y modelo.
Es necesario que haya acuerdos familiares y que sean respetados por todos sin excepción. Que se generen y fomenten espacios para conversar y compartir.
Por último, en el caso de que el entorno del adolescente encuentre complicaciones en tomar las riendas del asunto es importantísimo solicitar asistencia profesional. Recordemos que se trata de cambios de hábitos y como tales, cuanto más tiempo se instalan, más tiempo costará cambiarlos.
La asistencia girará en torno a encontrar ese sano equilibrio entre vida virtual y real.
Paula Ruiz
Lic. en psicología
Especializada en Trastornos de Ansiedad
