¿Que te imaginabas sobre la maternidad?

Escucho a tantas mamas solas, decir que la maternidad las esta enloqueciendo, que no dan mas, que no pensaban que esto seria así, que nadie les contó cuan difícil seria el puerperio, cuan duro y solitario es este momento.

Que extrañan ser las de antes, su cuerpo, su tiempo, su otro “ser”, sus ganas.

Que su entorno muchas veces no ayuda, no comprende, no entiende lo que les pasa.

Se sienten desvastadas y encima en cuarentena, encerradas, doble puerperio, potenciado aun mas por toda esta realidad que nos toca atravesar.

Y si es real lo que sienten, es valido, es esperable y creo sano que así sea.

La maternidad es muy solitaria, gestar un hijo, nos quiebra en mil pedazos, para luego volvernos a armar, y ese nuevo armado, ese “nuevo cuerpo”, esa nueva imagen que la mayoría de las veces intentamos no mirar en el espejo, esa mente que esta llena de pensamientos, de dudas, de miedos, ese cuerpo que esta por mucho tiempo, “tomado” por  un “otro”, que nos necesita para sobrevivir.

La cantidad de emociones que están allí, brotando sin parar, ambivalencia de sentimientos, ganas de huir, de gritar, de quedarse solas por un rato, de descansar, de comer un plato caliente, cosas tan comunes antes, ahora parecen imposibles.

Si1, nadie nos contó esto antes, cada cuerpo, cada bebe y cada mama son diferente, no hay dos maternidades, ni dos bebes iguales, pero si sabemos que a todas nos atraviesa de pies a cabeza, nos sacude por completo, nos enseña, nos hace ver cosas que jamás podríamos haber visto, nos hace crecer enormemente, nos hace descubrir una fuerza tan poderosa interna, capaz de luchar con lo que sea, nos hace conocer dotes que teníamos, que jamás pensamos.

Criar un hijo, no es nada fácil, y cada etapa tendrá lo suyo, por eso lo principal, es saber, al saber, al informarnos, nos empoderamos, podemos entendernos, y de ahí en mas aceptar las cosas. Esto no quiere decir que no explotemos, que no podamos mas, que no tengamos crisis, que no sepamos hacia donde correr, sin embargo aun así, con todo esto, vemos a nuestro hijo, y nos reinventamos, nos fortalecemos, nos creamos como sea y salimos adelante.

Algo muy valioso en no quedarse sola, buscar sostén, tribus de mamas, grupos de pertenencia, profesionales que escuchen y acompañen si es necesario.

Validar lo que sentimos, hablar, como sea, decir lo que nos pasa, darnos tiempo, no apurar situaciones, los procesos son largos, cada cuerpo llevara el tiempo que necesite en reacomodarse, no apuremos procesos, que son fisiológicos, y sobre todo valoremos que aquel cuerpo, que quizá hoy no nos agrade, no reconozcamos, no deseemos, es aquel maravilloso creador de un ser que amamos mas que nada en este mundo.

Seamos amables con nosotras mismas, seamos cariñosas, tolerables, abracémonos, cuidémonos, mimémonos, con lo que nos sea posible, un minuto para lo que sea, aunque sea solamente cerrar los ojos, respirar profundo y en este respirar, relajar y soltar todo lo que nos pesa.

Ser madre, nos hace enormes, nos empodera como ser humano, nos hace ser y hacer magia, nos hace luz, nos hace brillar, nos hace infinitas, nos hace creación, nos hace ser puente entre la vida y el amor mas puro que pueda existir en el universo.

Aprender a serlo, es una tarea del día a día, y de cada una de nosotras. Saber eso, nos ayudara a vivirlo quizá algo mas liviano.

Disfrutemos de cada instante, que aunque parece frase hecha, pasa volando.

Valeria Bronstain

Clr. Psicologica

Maternidad, Crianza, Grupos de puerperio

Valeria8126@gmail.com

@valeriabronstain

También te puede interesar

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *