DESVELOS: el niño se despierta varias veces por noche, tarda en volverse a dormir y reclama la presencia de alguno de sus padres. Sueño invertido: Suele presentarse alrededor del primer año de vida: duerme bien de día y mal a la noche.
También se denomina desvelos a la dificultad para dormirse de noche. Aparece ansiedad alrededor de la hora del descanso. En muchas oportunidades para remediar son llevados a la cama de los padres, lo que en vez de resolver el problema intensifica el desvelo en los niños y en los padres, ya que un mínimo movimiento produce el despertar. Esta conducta de los niños, requieren tolerancia, serenidad, paciencia, y se intensifican ante la intolerancia de los adultos.
El desvelo aparece alrededor del segundo año de vida
TERRORES NOCTURNOS: el niño alrededor de los dos años, suele despertarse llorando, perturbado y asustado por una pesadilla, reclamado el acercamiento de los padres. Son esperables a esta edad alrededor de dos veces por semana, cuando esto se incrementa impidiendo un sueño reparador. Es importante estar atento ya que puede generar un grado de desorganización por el que es indicado consultar.
La etiología puede deberse a niños con un componente ansioso elevado, o bien factores familiares como embarazo materno, ausencia de uno o ambos progenitores, falla en los límites con un niño descontrolado y ansioso, colecho, fallecimiento, mudanzas, alguna enfermedad por la que la fiebre y el malestar produce intranquilidad y desorden interno.
RECHINAMIENTO DE DIENTES: aparece durante el sueño alrededor de los tres años en adelante. Hay u frote ruidoso de los dientes del maxilar superior contra los del maxilar inferior. Expresa una profunda ansiedad, que necesita ser descargada de manera muscular.
SOMNILOQUIA: hablar o gritar en sueños. Comienza alrededor de los tres años de edad. Cuando es ocasional no tiene importancia diagnóstica, salvo que sea muy intensa y constante. Cuando aparece en forma habitual, el niño suele hablar y proferir gritos, asustado como si peleara con alguien. Esta situación se presenta nuevamente en la prepubertad, pubertad y adolescencia con el incremento de la ansiedad, la impulsividad y el escaso control de estos comportamientos.
BABEO DELA ALMOHADA: la almohada aparece mojada. Aparece alrededor del año y medio. Y puede volver en la latencia, púber y adolescente. Responde a ansiedad durante el sueño
SONAMBULISMO: caminar y realizar actos estando dormido. Aparece en la latencia (7 años) Está vinculado al incremento de la ansiedad y la desorganización general que esta genera. Situación que está en el día pero que pretende resolverse deficitariamente a través del sueño. Por supuesto no se logra ese propósito. El factor familiar suele tener mucha importancia. Son progenitores complacientes, que no saben poner límites a la omnipotencia del hijo, y que además la alientan confundiendo en el niño los roles de unos y otros. Son pequeños librados a sí mismo (seudo-independencia) esperando conductas en él de adulto.
La deambulación sonambúlica traduce la vivencia de desprotección en alguien que siente que se le exige tener aptitudes superiores a su real capacidad.
INSOMNIO: imposibilidad de dormir la noche entera o la mayor parte de ella, recién aparece en la pubertad y la adolescencia y está vinculado a los duelos que deben hacer sobre la infancia, el cuerpo y los padres. Obedece al temor a tener pesadillas, por haberlas ya experimentado y sentirlas como intolerablemente terroríficas. Es un síntoma grave, propio de las que denominamos situaciones críticas .
Bibliografia: SOIFER Raquel – Psiquiatría Infantil Operativa
Lic. Andrea Biagiola
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Fuente Imagen: La Vanguardia


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