“Mamá ¿por qué papá no vuelve a casa? El proceso de duelo en los niños.

“Algo ha cambiado de forma contundente. Llamadas, mensajes, mamá está muy triste, no deja de llorar y llegan a casa varias personas que no había conocido.

“Mamá ¿por qué papá no vuelve a casa?

¿Los niños elaboran un proceso de duelo como los adultos?, ¿Qué necesitan?, ¿Cómo sostener, atravesar tanto dolor?

Si, hoy sabemos que el duelo en los niños es real. Antes se creía que no comprendían la complejidad de lo ocurrido y se los mantenía a distancia.

Hoy los niños sabrán sobre la pérdida. Al estar en constante maduración psicológica, su edad influye en el grado de comprensión de lo ocurrido.

Antes de los 6 meses se desconoce como vivirá específicamente la pérdida. Si se mostrará sensible a cualquier modificación en el entorno.

Entre los 6 meses y los 2 dos años. No puede decirse que comprenda la muerte pero reaccionará, por supuesto ante la pérdida de su padre o madre. Lo buscará, preguntará donde se encuentra incansablemente. Puede expresar enojo o quejarse por haber sido abandonado. Puede atravesar un periodo de profunda tristeza que es importante identificar por los cuidadores para poder ayudarlo.

Entre los 2 y los 5 años el concepto de la muerte se encuentra en plena maduración. Seguramente la experiencia con insectos o animales pequeños ha posibilitado que los niños se preguntaran acerca de la muerte. Lo que aún resulta difícil es comprender el carácter permanente de la misma. Permanece tiempo a la espera de la persona fallecida.

Otra cuestión a considerar es que a esta edad los niños se encuentran influidos por el “pensamiento mágico” donde creen que todo lo que dicen o piensan se materializa. Entonces puede ocurrir que si en alguna pelea con su hermano por ejemplo le dijo “me gustaría que te murieras!”, puede sentirse muy asustado por su poder si la pérdida ocurriese en ese contexto. Es importante alentarlo a que se exprese. Siempre.

Los niños van a imaginar lo que ha sucedido ante la pérdida. Por eso lo mas adecuado es explicarle los hechos y sobre todo las circunstancias de la muerte.

Las maneras de reaccionar de los niños pueden ser muy diversas. Desde cierta indiferencia “cuando le dijimos que su hermano había fallecido, siguió jugando como si nada”.

También puede adoptar actitudes regresivas, demandando atención y cuidados como a un bebé. Y / o manifestar su desconcierto con agresividad ante quienes lo rodean.

Entre los 5 y los 8 años se consolida el concepto de muerte. A los 8 años es similar al proceso que realiza un adulto. La muerte es entendida como un proceso natural y universal, que es irreversible, e incluye a todo ser vivo.

También aquí hay manifestaciones de negación, que se expresan ante comportamientos de indiferencia, juegos y risas. Suele no haber muchas preguntas. Es una etapa donde los niños son más silenciosos. Empieza a ocultar sus lágrimas y emociones y empiezan a sufrir los condicionamientos de los adultos respecto de la expresión de los sentimientos.

Los niños depositan confianza sin límites en los cuidadores a cargo de su desarrollo. Están dispuestos a comprender y aceptar mucho más de lo que se imaginan, si se toman el tiempo para explicar tantas veces como sea necesario lo ocurrido.

Hay un trabajo de duelo por hacer, no se le puede evitar, el lugar del cuidador es acompañarlo en esta dura travesía. Los niños necesitarán a una persona para hablar abiertamente sobre la muerte y comprender lo ocurrido, junto a la sensibilidad necesaria para que los niños comprendan que el adulto también esta sufriendo y puede expresarlo llorando quizás.

Precisa alguien atento a sus necesidades, que quizás sean difíciles para él, o ella identificar.  Todo se encuentra ahí, ante nuestros ojos, estar atentos para preguntarles y acompañar en el camino, el trabajo de duelo, que posibilitará con el tiempo la sanación interior.

Belinda Tancredi

Psicóloga 

Abordaje cognitivo conductual sistémico

Familias, crianza, adultos, adolescentes

@Belinda Tancredi 

belindatancredi1@gmail.com

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