La adaptación al Jardín de Infantes

La adaptación al Jardín de Infantes

El ingreso al jardín de infantes marca el inicio de una nueva etapa. Tanto para el bebé-niño/a como para su familia.

Se abre un nuevo mundo, hermoso y desconocido. Por eso requiere de una adaptación para todo el grupo familiar; a un nuevo espacio, al cuidado de nuevas personas referentes. A formar parte de un grupo de pares, a una nueva rutina, a diferentes horarios y actividades.

La adaptación implica un proceso, que será diferente para cada bebé-niño/a. No se da de un día para el otro, sino que requiere de un tiempo. Lo ideal es que, más allá de los tiempos institucionales, se pueda acompañar a cada quien en lo que necesita, respetando sus necesidades particulares.

Este momento suele traer muchas expectativas, a veces ansiedades, y preguntas en la familia.

¿Cómo se quedará en el jardín? ¿Le gustará? ¿Llorará? ¿Cómo se vinculará con sus compañeros/as? ¿Y con sus docentes?

Es importante saber que hasta que no llega el momento, no se puede saber cómo será este proceso. Puede resultar más sencillo o con más dificultades de lo que imaginaban, y movilizar, tanto si resulta difícil la separación, como si se adapta rápido y pareciera que “no nos extraña”.

Es muy frecuente que no se desenvuelvan de la misma manera en casa que en el jardín. ¡A no preocuparse si esto sucede!

Aún la adaptación de un mismo niño/a en años distintos puede ser bien diferente. E incluso en el mismo proceso tener vaivenes en la elaboración de la separación y la construcción de la confianza con los/as docentes. Esto se debe a que intervienen diversos factores:

  • Si es la primera experiencia de socialización con pares o hubo anteriores.
  • Pensar si ya estuvo al cuidado de otras personas, además de sus cuidadores primarios.
  • Si ya conoce la institución o es un espacio nuevo.
  • Si conoce o no a alguno/a de sus pares.
  • La edad y el momento del desarrollo que se encuentra transitando.
  • Cómo suele reaccionar a los cambios.
  • Cómo vivencia la familia este proceso.
  • Particularidades del temperamento de cada niño/a.
  • Si se encuentra transitando alguna situación particular o cambio (por ejemplo una mudanza, la reciente vuelta de vacaciones, el nacimiento de un hermanito/a).

Es muy importante elegir una institución en la cual la familia confíe. Y estar convencidos con la decisión, para poder transmitirle esto al bebé-niño/a.

El diálogo con los/as docentes es fundamental, para conocer las diferentes estrategias que proponen. Como para comunicarles todo aquello que desde casa piensen que pueda colaborar con la adaptación. También poder conversar si algo no les convence, para transitar la situación de una manera en la cual todos se sientan a gusto.

Es importante siempre decir la verdad al niño/a; por ejemplo, si le manifiestan que cuando vuelvan del patio estarán esperándolo en la sala, respetarlo, para que puedan confiar tanto en su palabra como en la de sus docentes. También despedirse si se van a ir, poniendo en palabras que luego volverán a buscarlo/a.

Es fundamental, unos días antes de que inicien las clases, ir anticipando y verbalizando lo que va a suceder; desde bebés, aunque aún no hayan adquirido el lenguaje verbal, comprenden mucho más de lo que uno pueda imaginar. La anticipación tranquiliza y brinda seguridad. Se puede nombrar el jardín, pasar por la puerta para verlo, contarle el nombre de los/as docentes y compañeros si los conocen.

Dos recursos que pueden acompañar muy bien este proceso son, el juego simbólico (jugar a ir al jardín, o a que los muñecos van, por ejemplo), y leer algún libro acerca de la temática (hay varias opciones en las librerías).

¡Brindemos sostén y confianza para acompañar amorosamente en la transición a esta nueva etapa!

Camila Rajczyk

Lic. en Psicología

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