Hablemos de emociones

Comenzamos preguntándonos, ¿Por qué los sociobiólogos señalan el predominio del corazón sobre la cabeza en los momentos cruciales de la vida?. Allí en donde le otorgamos a las emociones un papel tan importante. Hoy: Hablemos de emociones.

Las emociones en su esencia, son impulsos para actuar.

La raíz de la palabra emoción es motere, del verbo latino “mover”, además del prefijo “e” que implica dejarse.

Se han descubierto más detalles fisiológicos acerca del cómo cada emoción prepara al organismo para una clase distinta de respuesta.

Entre los principales cambios biológicos de la “felicidad”, hay un aumento de la actividad en un centro nervioso. El mismo, inhibe los sentimientos negativos y a la vez una disminución de aquellos que general pensamientos inquietantes.

Citando algunos de los ejemplos, podemos decir que el amor, los sentimientos de ternura y la satisfacción sexual, dan lugar a un despertar del parasimpático, llamada también “respuesta de la relajación”. La misma se define como un conjunto de reacciones de todo el organismo que genera un estado general de calma y satisfacción, facilitando la cooperación.

En su contracara, se dice que, en la ira, la sangre fluye en las manos y así resulta más fácil tomar un arma o golpear a un enemigo en donde, el ritmo cardíaco se eleva y se produce un aumento de hormonas como la adrenalina, que genera un ritmo de energía lo suficientemente fuerte para originar una acción vigorosa.

Con el miedo, en cambio, la sangre, va a los músculos esqueléticos grandes como las piernas y así resulta más fácil huir y el rostro queda pálido debido a que la sangre deja de circular por el.

Más sobre: Hablemos de emociones

“Podemos destacar nuestras dos mentes, una que piensa y otra que siente”, las dos interactúan para construir nuestra vida mental.

El cerebro emocional existió mucho tiempo antes que el racional. En el sistema límbico, de la palabra latina limbus, que significa borde, existen un conjunto de estructuras interconectadas que median emociones, además del aprendizaje la memoria, los instintos sexuales, personalidad y conducta.

La mente racional es la forma de compasión de la que somos típicamente conscientes; la llamada conciencia reflexiva pero también existe otro sistema de conocimiento a veces ilógico, a la que llamamos mente emocional.

Por lo tanto, cuando se trata de dar forma a nuestras decisiones y acciones, los sentimientos cuentan tanto como el pensamiento. Dado que para bien o para mal, la inteligencia puede no tener la menor importancia cuando la que domina, son nuestras emociones.

Bibliografía: “La inteligencia emocional” Por qué es más importante que el cociente intelectual. – Daniel Goleman. Ediciones B, S.A, 2009.

Miriam Rivero

Lic.en Psicologia

mirigrarivero@gmail.com

También te puede interesar

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *